jueves, 16 de diciembre de 2010

La Iglesia Adventista apoya la iniciativa de Michelle Obama contra la obesidad infantil

En la Casa Blanca, el presidente del Adventismo mundial, Ted N. C. Wilson, se compromete a apoyar los objetivos del programa "Let's move"La Iglesia Adventista se unió en la víspera a unas cincuenta organizaciones comunitarias y de fe para apoyar una iniciativa nacional de Michelle Obama, la primera dama de los Estados Unidos, para luchar contra la epidemia de la obesidad infantil.

La iniciativa, "A moverse: Iglesias y comunidades" / "Let's Move! Faith and Communities", busca el compromiso de las organizaciones para promover el ejercicio, el establecimiento de jardines comunitarios que ofrezcan alimentos frescos, y otras actividades que contribuyan a la vida saludable.

Alrededor de la tercera parte de los niños de EE. UU. tienen sobrepeso o son obesos, dijo Michelle Obama a los líderes reunidos en la Casa Blanca.

"Está claro que a la hora de garantizar la salud y el bienestar de los niños, y de enfrentar la obesidad, nuestras comunidades religiosas y comunitarias tienen una función esencial que jugar", dijo Obama, y expresó que esta nueva fase de la iniciativa buscará apoyar a los programas ya existentes. "Muchos de ustedes han sido precursores de este tema por mucho tiempo...", dijo, al referirse a los ministerios de salud de las iglesias, los clubes de ejercicio y a la educación de las "escuelas sabáticas y dominicales".

La nueva iniciativa abarca cuatro objetivos para el próximo año:

Que los miembros de la comunidad y de las iglesias caminen un total de tres millones de millas (casi cinco millones de kilómetros).
Completar 500.000 Premios de la Presidencia al Estilo de Vida Activo (Presidential Active Lifestyle Awards) o establecer programas de ejercicio.
Ser sede de diez mil jardines comunitarios o feria de frutas y verduras en todo el país.
Mil nuevos sitios de alimentación en todo el país.

Varios líderes de diversas religiones expresaron apoyo a estos objetivos, incluido Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista, quien dijo que "es un tema que le llega personalmente". Wilson posee una maestría en salud pública de la Universidad de Loma Linda.

"La iniciativa concuerda con el enfoque de nuestra iglesia de servir a las personas física, mental, social y espiritualmente", dijo Wilson. "Se ha demostrado que los adventistas viven más tiempo como resultado de su estilo de vida".

"Los adventistas poseen sistemas educativos y de salud muy extendidos donde promueven la salud por medio de una nutrición equilibrada, el ejercicio, el agua pura, la luz del sol, la abstención del alcohol, el tabaco y las drogas, el aire puro, el descanso y la confianza en el poder divino.

"Promoveremos comidas equilibradas y saludables para los niños y jóvenes de nuestras instituciones educativas y escuelas bíblicas de vacaciones, programas de caminata para los jóvenes, y posible funcionamiento de los mercados de frutas y verduras locales en las propiedades de la iglesia.

"La Iglesia Adventista hará su parte para cumplir el deseo de Dios expresado en 3 Juan versículo 2 que indica que Dios quiere que disfrutemos de salud física y espiritual", dijo Wilson.

Katia Reinert, directora de Ministerios de Salud de la iglesia en Norteamérica, dijo que se animará a los miembros a que:

Caminen un millón de millas (1,6 millones de kilómetros) en diversas iniciativas de ejercicios. El departamento buscará motivar a que cien iglesias caminen diez mil millas (16.000 kilómetros) al año y que al menos diez personas por iglesia caminen 2,5 millas (cuatro kilómetros) por día.
Involucren a los jóvenes de las iglesias y las escuelas para que establezcan jardines de verduras en la comunidad, con el objetivo de que haya un jardín en cada asociación.
Animen a los jóvenes a recibir el Premio de la Presidencia al Estilo de Vida Activo; al menos un premio por escuela adventista en Norteamérica.
Establezcan programas de alimentación de verano por medio de la Escuela Bíblica de Vacaciones, campamentos de verano, e iniciativas de servicio comunitario.

"Creo que más que nunca ha llegado el tiempo para que sea oído el mensaje de sanidad y restauración de Dios", dijo Reiner más tarde en una declaración. "Esta es una oportunidad maravillosa de que nuestras iglesias e instituciones educativas participen para ejercer un impacto positivo por Cristo en nuestras comunidades a nivel nacional".

Si desea más información, recursos y un juego de herramientas sobre la iniciativa, visite www.letsmove.gov.



Fuente: ANN / Adventist News Network
Fotografía: El presidente Barack Obama firma la "Healthy, Hunger-Free Kids Act of 2010" en la Harriet Tubman Elementary School en Washington, DC, 13 de diciembre 2010.


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domingo, 5 de diciembre de 2010

La grasa como cuestión de Estado

La prohibición en EE UU de regalar juguetes con la comida rápida abre un enconado debate sobre si la obesidad es una epidemia o un problema individual ¿Tiene el Gobierno el derecho a regular lo que comen los ciudadanos para luchar contra la obesidad? En Estados Unidos se ha iniciado un debate entre aquellos que opinan que el Estado debe tratar la obesidad como una epidemia, disuadiendo como pueda a los ciudadanos de consumir alimentos altamente calóricos o excesivamente grasos, y aquellos que piensan que la gordura es una opción individual y que, el sobrepeso, como dolencia, debe ser tratado exclusivamente a nivel médico, caso a caso, sin ningún tipo de intervención de la Administración pública. La decisión de la ciudad de San Francisco de prohibir que las cadenas de comida rápida regalen juguetes con menús altamente calóricos ha reiniciado la polémica, que supera el terreno nutricional y se ha convertido en un debate sociológico y político que puede acabar con el nacimiento de un negacionismo nutricional.

San Francisco le ha declarado la guerra al Happy Meal, el colorido menú de niños de la cadena McDonald's. En él, suele venir un refresco, una ración de patatas fritas y cuatro piezas de pollo o una hamburguesa pequeña, además de un postre dulce. Desde que introdujo el menú en 1979, McDonald's ha vendido 20 millones de Happy Meal en EE UU. El precio oscila allí entre dos y tres euros. Incluye también un juguete, algo muy popular entre los pequeños. Según las tablas nutricionales de la empresa que los vende, su contenido calórico roza las 600 calorías. Hay algunas opciones, como la que incluye hamburguesa con queso, que se sitúan en las 780 calorías. Los nutricionistas coinciden, normalmente, en que un niño mayor de cuatro años debe comer unas 1.200 calorías diarias.

Durante décadas, el gran atractivo de McDonald's ha sido el hecho de que sea una mezcla entre patio de juegos y restaurante al que a los niños les gusta acudir con la familia. Para los gobernantes locales de San Francisco, sin embargo, el problema sobreviene cuando las comidas de los niños en McDonald's, Burger King, Wendy's o cualquier otro establecimiento de comida rápida son un hábito, la norma en lugar de la excepción. Teniendo en mente que el 13% de los niños de EE UU son obesos, la Junta de Supervisores de la ciudad (órgano equivalente al Ayuntamiento local) ha aprobado una ordenanza según la cual no se podrán regalar juguetes con menús que ofrezcan más de 600 calorías, tengan más de un 35% de valor nutricional procedente de grasas, contengan un 10% de grasas saturadas, supongan más de 640 miligramos de sodio o no incluyan una ración de frutas o vegetales.

La medida entrará en vigor en diciembre de 2011, y aunque el alcalde de la ciudad, Gavin Newsom, anunció que la vetará, fue aprobada en el consejo local con suficientes votos (ocho contra tres) para sortear ese veto. El supervisor de San Francisco que ha propuesto la norma, Eric Mar, tiene clara la razón: "Nuestra legislación generará un cambio en esos restaurantes que ofrecen menús que no son sanos y que se dirigen a los consumidores infantiles y juveniles, para que sirvan menús mucho más saludables con incentivos añadidos como los juguetes. Así, ayudaremos a proteger la salud pública, reduciremos el gasto sanitario y fomentaremos hábitos alimenticios sanos".

Se trata de una extendida opinión entre muchos políticos de EE UU: la obesidad es una epidemia, y como tal hay que tratarla. Así lo opina la propia Casa Blanca. Es tradición en cada presidencia que la primera dama asuma una causa social en la que centrar sus esfuerzos. Nancy Reagan lo hizo con la lucha contra la drogadicción. Laura Bush fomentó la lectura. Michelle Obama combate la obesidad infantil. Dijo en un discurso en Las Vegas, el pasado junio: "Un tercio de los niños de nuestro país sufren de sobrepeso o son obesos. Son demasiados. Muchos más que cuando yo era niña. Eso implica que estos niños sufren mayor riesgo de padecer enfermedades coronarias, diabetes o cáncer. Y creo que ese es el destino que les ofrecemos a nuestros niños. No es solo una crisis sanitaria. Es una crisis económica. Nos gastamos 150.000 millones de dólares [93.000 millones de euros] al año en tratar enfermedades relacionadas con la obesidad. No queremos ese futuro para nuestros niños o nuestro país".

En mayo, durante el debate parlamentario de la reforma sanitaria impulsada por el presidente Barack Obama, el Senado consideró una propuesta que, entre otros, ya había planteado el Gobierno de Nueva York: imponer un impuesto extra a las bebidas altamente calóricas. Muchos nutricionistas estiman que los refrescos y batidos son una fuente de calorías mucho más peligrosa que los restaurantes de comida rápida. Por ejemplo, y a pesar del debate desatado en torno a los Happy Meal, McDonald's ofrece el batido Chocolate Triple Thick que tiene 1.160 calorías, más de la mitad de las necesidades de un adulto en una jornada entera.

Ante la ofensiva gubernamental contra los excesos de la gordura, el movimiento libertario de EE UU se ha erigido en armas ideológicas. El respetado profesor de Derecho de la Universidad de Chicago Richard A. Epstein, baluarte de ese tipo de pensamiento que recela profundamente de la intervención gubernamental, se ha opuesto desde hace años a que se considere a esa dolencia como una epidemia. "Soy profundamente escéptico respecto a esos esfuerzos de luchar contra la obesidad aumentando impuestos", asegura. "Además, hay una gran cantidad de gente que consume ese tipo de refrescos sin complicación alguna y no hay razón por la que deban pagar ese impuesto".

"Y prohibir las promociones [como lo ha hecho San Francisco] tiene el problema de que los niños que quieran calorías encontrarán el modo de conseguirlas. El control paterno es un mecanismo mucho mejor cuando realmente funciona, que es algo que sucede en mayor grado en las familias de clase media alta. Normalmente es más deficiente en otros estratos. Los centros educativos y los empresarios pueden tratar de modificar los menús, pero existe un riesgo de que los niños se gasten la paga en comida que no es beneficiosa para su salud [como chucherías o bollería industrial]. Es un problema difícil, pero la solución del Gobierno no aporta muchos beneficios".

Algunos reputados expertos, como el profesor de Política Pública de la Universidad de Chicago Tomas J. Philipson y el juez Richard A. Posner, han propuesto una solución médica. Explica Philipson: "Ya se han producido innovaciones como la cirugía bariátrica, el bypass gástrico o la banda gástrica, que en la actualidad es el tratamiento más exitoso para la obesidad mórbida. Nuevos medicamentos para la obesidad pueden ocupar el espacio de mercado de 17.000 millones de dólares anuales del medicamento contra el colesterol Lipitor, que es ahora el fármaco más vendido del mundo. Hay un nuevo medicamento de la farmacéutica Vivus para perder peso, llamado Onexa, que aún debe ser aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos y que será el primero de una larga lista. Las innovaciones científicas pueden ser más exitosas a la hora de luchar contra la obesidad que los intentos de cambiar los hábitos alimentarios y de ejercicio de la gente".

Ideas como esa avanzan en la dirección de hacer al Estado redundante en la lucha contra la malnutrición, un fenómeno que no encontró una oposición seria durante la última década. Hoy día, sin embargo, con el avance del movimiento radical del Tea Party, facción extremista del Partido Republicano que pugna por una reducción de la intervención gubernamental a su mínima expresión, la insistencia de los Gobiernos en penalizar a los fabricantes y a los consumidores de comida basura se interpreta, cada vez más, como una intromisión ilegítima en la vida privada de los ciudadanos.

Se trata de una tendencia incipiente, pero con peso argumental. Algunos expertos ven la cruzada contra la obesidad como una demonización cultural, al mismo nivel que el macartismo, la caza de brujas anticomunista en el Senado de EE UU en los años cincuenta. Así opina Paul Campos, profesor de Derecho de la Universidad de Colorado. "Se trata del efecto del llamado pánico moral de ciertos sectores de la sociedad", explica. Ese término, "pánico moral", acuñado por el sociólogo Stanley Cohen en los años setenta, define la reacción exagerada de un sector social poderoso o mayoritario que percibe de forma deformada e inexacta a una minoría, demonizándola. "La gente con sobrepeso se convierte en lo que se conoce como demonios populares, los chivos expiatorios. Al experimentar ese pánico, esa reacción adversa, las élites exigen al Gobierno que neutralice a esos demonios con medidas intervencionistas".

Campos defiende esta visión con tres argumentos. Por un lado, asegura que las empresas farmacéuticas tienen interés en que el Estado trate la gordura como una crisis sanitaria, para vender más medicamentos. Además, la cultura popular norteamericana, exportada a casi todo Occidente, es más tolerante con otros desórdenes alimentarios, como la extrema delgadez. Finalmente, el consumo alimentario es el único que mantiene una relación inversa con el poder adquisitivo. Es decir, cuantos más recursos tiene una familia, mejor come. En cambio, las hamburguesas de un dólar son una comida común entre las clases bajas norteamericanas.

"No es una coincidencia que la única forma de exceso consumista que mantiene una correlación opuesta con el poder adquisitivo y el extracto social del consumidor sea contra el que claman las élites sociales", explica Campos. "No estoy diciendo que se trate de una ofensiva consciente. Pero sí que creo que es un prejuicio asociado al extracto social. Es común ver una crítica a la gordura en términos que a veces llegan a ser incluso morales, y, como decía, de demonización".

No hay duda científica de que la gordura excesiva es altamente perjudicial para la salud. Cierto es también que un 26% de los norteamericanos es obeso, porque tienen un índice de masa corporal igual o superior a 30 en el llamado índice de Quetelet. Pero ha habido campañas con las que muchos ciudadanos con sobrepeso han sufrido el escarnio público, como las iniciativas de las aerolíneas de cobrar dos asientos a las personas con considerable sobrepeso o las afirmaciones por parte de diversos políticos de que la obesidad incrementa el gasto sanitario y hace que las aseguradoras aumenten los precios de sus pólizas.

En el caso de los juguetes en los Happy Meal en San Francisco, hay padres y educadores entre los que cunde el rechazo a la idea misma de que el Estado intervenga para prohibir ningún tipo de opción alimentaria. "San Francisco ha creado su propio ministerio de la abundancia [en la novela distópica 1984 es el que raciona los alimentos y otros bienes], despojando a los padres del derecho de decidir con qué quieren alimentar a sus hijos", dice Luanne Hays, profesora en la Escuela Cristiana Ovilla de Tejas y columnista en la revista educativa Teacher Voice. "Cuando George Orwell escribió sobre control gubernamental en su novela 1984, MacDonald's aún no había inventado el Happy Meal. Orwell no se imaginaba entonces que en el siglo XXI habría un nuevo ministerio de la abundancia".

Según esa nueva visión, el Gobierno está tomando, a través de las políticas nutricionales, el camino del Gran Hermano orwelliano. Es la parte central de lo que se está convirtiendo en un debate social y político de EE UU, la duda de si la gente con sobrepeso y obesidad tiene derecho a optar a vivir de ese modo. Expertos de todo calado consideran si la suya es una opción personal o una irresponsabilidad de grupo que acaba afectando a la sociedad en conjunto y, por imitación generacional, a los niños, que copian los patrones que contemplan entre sus padres. La gran duda de fondo es si acabará naciendo un sólido movimiento de escépticos que, como sucede con el cambio climático, acabarán creando un negacionismo nutricional.


Saber las calorías que comemos ayuda a adelgazar

Nueva York, con su excepcionalismo dentro de las ciudades norteamericanas, ha sido el gran laboratorio de experimentos nutricionales en EE UU. Primero, obligó a los centros sanitarios del área metropolitana de la ciudad a informar de los niveles de hemoglobina glucosilada de la ciudadanía, para elaborar un registro municipal de diabetes. Posteriormente prohibió el uso de grasas trans. Finalmente, desde 2008 exige a las cadenas de restaurantes que tengan más de 15 establecimientos en el país, que publiquen el contenido calórico de cada alimento en lugar visible, bajo pena de multa de hasta 2.000 dólares (1.400 euros) si no lo hacen.

Según dijo entonces el consejero de Sanidad del Gobierno local neoyorquino, Thomas Frieden, la finalidad de publicar las calorías es eminentemente disuasoria: "Se podría pensar que una ensalada de atún, ya que es una ensalada, es algo muy saludable. Pero es posible que el cliente vea que esa ensalada tiene muchas más calorías que un bocadillo de carne asada. Y es posible que al consumidor le apetezca más ese bocadillo de carne asada aunque en principio fuera a comprar la ensalada de atún porque pensaba que era lo más saludable".

Tres investigadores de la Universidad de Stanford -Bryan Bollinger, Phillip Leslie y Alan Sorensen- llevaron el año pasado un estudio del impacto real de esta medida en el gran laboratorio nutricional en que se había convertido Nueva York. Su principal intención era saber si el hecho de ver las calorías junto al precio afectaba en algo el comportamiento del consumidor. Compararon los hábitos de compra de los clientes de la cadena Starbucks en Nueva York (222 tiendas) con los de Filadelfia y Boston (94 establecimientos), donde no impera la misma ley. "Descubrimos que la obligatoriedad de publicar las calorías influyó en los hábitos de los clientes de Starbucks, disminuyendo el número de calorías en un 6% (de 247 a 232 calorías) en cada compra", aseguran los autores. Solo seis de cada 100 actos de consumo se vieron alteradas por esa política.

El efecto es mayor en quienes normalmente realizaban las compras más altas en calorías en Starbucks antes de la ley que obliga a publicar las calorías (la reducción es ese caso del 26%), aseguran los autores. En general, estiman que, de media, la reducción por individuo y día es de 30 calorías. Y los dietistas recomiendan que, para perder peso, se reduzca la ingesta calórica entre 500 y 1.000 calorías por día, como estrategia para perder hasta un kilo por semana. El número de calorías que una persona adulta debe ingerir por jornada oscila entre 1.500 y 2.000.



Fuente: ElPais.com
Autor: David Alandete


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martes, 30 de noviembre de 2010

Informe sobre la salud en el mundo 2010 / OMS

La OMS insta a todos los países a reforzar la financiación sanitaria para que más personas puedan beneficiarse de los servicios de salud
Los gobiernos de todo el mundo se están esforzando por costear la atención de salud. A medida que las poblaciones envejecen, que más personas sufren enfermedades crónicas y que aparecen nuevos y más onerosos tratamientos, aumenta vertiginosamente el gasto sanitario.

Aun en países donde tradicionalmente los servicios de salud han sido accesibles y asequibles, los mecanismos de financiación están sujetos a tensiones crecientes. En los países muy dependientes del pago directo por los servicios de salud al recibirlos, el peso de las facturas sanitarias arroja a la pobreza a 100 millones de personas al año.

En el Informe sobre la salud en el mundo de este año se ofrecen a los gobiernos orientaciones prácticas sobre posibles fórmulas para sufragar la atención sanitaria. A partir de datos empíricos del mundo entero, se explica de qué modo todos los países, ricos o pobres, pueden ajustar sus mecanismos de financiación sanitaria para que más personas reciban la atención de salud que necesitan. En el Informe se alienta a la comunidad internacional a secundar los esfuerzos de los países de ingresos bajos y medios por lograr una mayor cobertura sanitaria.

«Nadie que necesite atención sanitaria debería tener que arriesgarse por ello a la ruina económica,» dijo la Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS. «En el Informe se expone un método progresivo. Alentamos a todos los países a tomar cartas en el asunto y a dar cuando menos un paso para mejorar la financiación de la salud e incrementar la cobertura sanitaria en el curso del año que viene.»

La OMS destaca tres ámbitos fundamentales en los que es posible operar cambios: recaudar más fondos para la salud, recaudar dinero más equitativamente y gastarlo con más eficacia.


Recaudar más fondos para la salud

En muchos casos hay margen para que los gobiernos asignen más dinero a la salud. En 2000, los jefes de Estado africanos se comprometieron a destinar a la salud un 15% de los fondos gubernamentales. Hasta la fecha tres países (Liberia, Rwanda y la República Unida de Tanzanía) han cumplido tal objetivo. Si los gobiernos de los 49 países más pobres del mundo dedicaran en cada caso un 15% del gasto público a la salud, podrían recaudar un importe adicional de US$ 15 000 millones al año, lo que supondría casi doblar los fondos disponibles.

Los gobiernos también pueden generar más recursos para la salud mediante una recaudación de impuestos más eficaz, como ha hecho Indonesia, cuyos ingresos han crecido en un 10%. Pueden encontrar nuevas fuentes de ingresos fiscales, como los impuestos sobre las ventas o las transacciones en divisas. Ghana, por ejemplo, ha financiado parcialmente su seguro médico nacional incrementando en un 2,5% el impuesto sobre el valor añadido (IVA). Un estudio centrado en 22 países de bajo nivel de renta pone de manifiesto que entre todos ellos podrían obtener US$ 1 420 millones elevando en un 50% los impuestos sobre el tabaco. La India podría generar US$ 370 millones de dólares al año gravando con apenas un 0,005% las transacciones en divisas.

La comunidad internacional tiene una función clave que desempeñar. Para garantizar el acceso incluso a unos pocos servicios de salud de calidad se requieren en promedio US$ 44 per cápita en los países de ingresos bajos. Muchos están tratando de conseguirlo. Actualmente hay 31 países que gastan en salud menos de US$ 35 por persona. Si todos los donantes siguieran el ejemplo del Gobierno de Noruega, entre otros, que ha cumplido la promesa de dedicar a la asistencia oficial para el desarrollo un 0,7% de su producto interno bruto (PIB), en los países de ingresos bajos se podrían salvar otros tres millones de vidas de aquí a 2015.


Recaudar dinero más equitativamente

Esto supone eliminar los principales obstáculos económicos para recibir atención sanitaria. Países como el Japón, que logran asegurar la prestación de servicios de salud a toda la población, lo han conseguido reduciendo su dependencia de los pagos directos por el usuario y acrecentando el pago anticipado (generalmente a través de seguros médicos o impuestos, o combinando ambas fórmulas). Los recursos así obtenidos engrosan un fondo común, de forma que la carga financiera no recae únicamente en quien tiene la mala fortuna de enfermar. Este es el modelo utilizado en muchos países europeos y hacia el cual han avanzado sustancialmente en el último decenio Chile, Colombia, México, Rwanda, Tailandia y Turquía, junto con el Brasil, China, Costa Rica, Ghana, Kirguistán y la República de Moldova.


Gastar el dinero más eficazmente

El simple hecho de gastar de manera más inteligente podría incrementar la cobertura sanitaria mundial en un porcentaje situado entre el 20% y el 40%. En el Informe se señalan diez ámbitos en los que es posible trabajar con mayor eficiencia. Uno de ellos es la compra de medicamentos: gracias a la estrategia de utilizar en lo posible medicamentos genéricos, Francia se ahorró el equivalente de casi US$ 2 000 millones en 2008. Otro de esos ámbitos incumbe a los hospitales. A menudo la atención hospitalaria absorbe entre la mitad y dos tercios del total del gasto sanitario público: la ineficiencia en labores vinculadas al mundo hospitalario acarrea la pérdida de casi US$ 300 000 millones al año. Un gasto hospitalario más eficaz podría acrecentar la productividad en un 15%.

La función de la comunidad internacional es básica para lograr un mayor grado de eficiencia. Transcurridos cinco años desde la Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo, concebida para unificar la ayuda en torno a programas liderados por los propios países, hay ahora más de 140 iniciativas mundiales sobre temas sanitarios que discurren paralelamente imponiendo a los gobiernos beneficiarios una serie de tareas logísticas y de presentación de informes que erosionan aún más los recursos. El Gobierno de Rwanda, por ejemplo, informa actualmente de más de 890 indicadores sanitarios, y este es un proceso que consume muchísimo tiempo.
De cara al futuro

El 22 de noviembre, la OMS presenta el informe a una conferencia ministerial sobre financiación sanitaria que acoge el Gobierno de Alemania. A partir de ahí la Organización y sus asociados pondrán en marcha un programa para ayudar a los países a analizar sus sistemas y estrategias de financiación sanitaria y sus políticas y planes nacionales de salud. El programa alentará y propiciará el intercambio de experiencias entre países y ayudará a éstos a ajustar sus sistemas de financiación para que más personas puedan acceder a los servicios de salud que necesitan.


Resumen del informe [pdf 1.22Mb]
Informe completo [pdf 2.94Mb]

Informe por capítulos
- ĺndice [pdf 340kb]
- Mensaje de la Directora General y resumen [pdf 639kb]
- Capítulo 1: ¿Dónde nos encontramos? [pdf 342kb]
- Capítulo 2: Más dinero para la salud [pdf 650kb]
- Capítulo 3: La unión hace la fuerza [pdf 693kb]
- Capítulo 4: Más salud por el dinero [pdf 481kb]
- Capítulo 5: Una agenda para la acción [pdf 302kb]
- ĺndice [pdf 79kb]



Fuente: OMS


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lunes, 15 de noviembre de 2010

El alcohol, más dañino que la heroína y el 'crack'

El informe, publicado en 'The Lancet', mide los efectos perjudiciales que tienen las drogas no sólo en el consumidor sino en su entorno y en la sociedad

El alcohol es más dañino que la heroína y el crack -un derivado de la cocaína que se fuma- según sostiene un novedoso estudio publicado hoy en la revista médica The Lancet*, que considera de manera combinada el perjuicio que causa al consumidor una determinada droga y a las personas que le rodean. El informe, elaborado por dos ex asesores del Gobierno británico, David Nutt y Leslie King, tiene por objetivo elaborar políticas estatales más eficaces para paliar el impacto social de sustancias adictivas, entre las que se incluye también el tabaco, otra droga tan legal como el alcohol en la mayoría de los países del mundo. Según este informe, la segunda y tercera drogas en el ránking del daño individual y social son la heroína y el crack.

La tarea no es fácil dado el amplio abanico de efectos dañinos que pueden tener las drogas en el consumidor y en su entorno, según explican los autores en el prólogo de la investigación. Un estudio previo dirigido por Nutt en 2007 provocó una gran controversia al establecer nueve criterios principales de daño, desde el mal intrínseco de las drogas a los costes sanitarios que genera, cada uno de ellos con un mismo peso valorativo en la evaluación final. Para mejorar el resultado, este estudio emplea el Análisis de Decisión Multicriterio, una técnica que ya ha sido usada con éxito para asesorar las autoridades en cuestiones con muchas aristas como el almacenamiento de residuos nucleares.


La lista de las sustancias nocivas

Nueve de los criterios utilizados en este estudio tienen que ver con el daño que una droga causa en el individuo y otros siete con los daños causados a otros, y todos ellos han sido divididos en cinco subgrupos referidos a los daños físicos, psicológicos y sociales. Las sustancias han sido valoradas del 0 al 100, siendo 100 el nivel máximo de daño causado en cada criterio específico. Las nueve categorías de daño al individuo son: mortalidad a causa directa del consumo, mortalidad derivada del consumo, daño directo a causa del consumo, daño derivado del consumo, dependencia, discapacidad mental a causa del consumo, pérdida de capacidades de la percepción, daño a las relaciones personales y lesiones. Las siete categorías de perjuicios a los demás son crimen, conflicto familiar, daño al entorno cercano, daño al conjunto de la sociedad, coste económico y deterioro de la cohesión comunitaria.

Teniendo todas estas cuestiones en cuenta, el alcohol obtiene una puntuación de 72, seguido de la heroína (55) y el crack (54). El resto de drogas son metanfetamina en cristal (33), cocaína (27), tabaco (26), anfetaminas (23), cannabis (20), ácido gama-hidroxibutírico (18), benzodiazepinas (15), quetamina (15), metadona (14), mefedrona (13), butano (10), khat (nueve), éxtasis (nueve), esteroides anabolizantes (nueve), LSD (siete), buprenorfina (seis) y setas alucinógenas (cinco). Con estos resultados, los autores del análisis subrayan que el alcohol, además de ser la droga más perjudicial en términos generales, es casi tres veces más dañina que la cocaína y el tabaco. Los autores indican que la heroína, el crack y la metanfetamina en cristal son las sustancias más dañinas para el individuo que las toma, mientras que el alcohol, la heroína y el crack lideran la lista de las más perjudiciales para el entorno directo.

La Organización Mundial de la Salud estima que las enfermedades y riesgos vinculados al alcohol causan 2,5 millones de muertes al año entre ataque al corazón, problemas en el hígado, accidentes de tráfico, suicidios y cáncer. Se trata del 3,8% de las muertes y el tercer factor de riesgo de muerte prematura y de discapacidad en todo el mundo. Según el Informe Mundial sobre las Drogas 2010 de la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito, entre 155 y 250 millones de personas consumen drogas ilícitas en el mundo, un 15% de las cuales (38 millones) son drogodependientes. La marihuana es la sustancia más consumida, por entre 129 y 190 millones de personas, seguida de las metanfetaminas, los opiáceos y la cocaína.

El profesor Nutt, que cesó hace unos meses de su cargo de asesor del Gobierno británico en cuestiones de drogodependencia tras afirmar que consumir éxtasis es menos peligroso que montar a caballo y que el éxtasis es menos dañino que el alcohol, defiende el modelo de clasificación y recuerda que es el más preciso que se conoce hasta ahora para estas cuestiones. "Los autores destacan que sus conclusiones respaldan las de trabajos previos realizados en el Reino Unido y Holanda, "confirmando que el actual sistema de clasificación de las drogas no se corresponde con las pruebas acerca del daño que causan". "También coinciden con la conclusiones de anteriores informes de expertos acerca de que afrontar de manera decidida los perjuicios derivados del alcohol es una estrategia de salud pública válida y necesaria", subrayan. Otra de las conclusiones que da mucho que pensar es que dos drogas legales estén en la parte alta de la tabla de sustancias nocivas, lo que indica que "las drogas legales causan al menos tanto daño como las ilegales".


Acceda al informe de la investigación: Drug harms in the UK: a multicriteria decision analysis. Prof David J Nutt FMedSci, Leslie A King PhD b, Lawrence D Phillips PhD c, on behalf of the Independent Scientific Committee on Drugs / The Lancet



Fuente: ElPais.com / "El alcohol, más dañino que la heroína y el 'crack', según un estudio británico"

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miércoles, 3 de noviembre de 2010

Comer menos carne salva vidas

Un estudio reciente en el Reino Unido determina que 45.000 vidas podrían salvarse si se ingiriera menos este alimentoSegún la organización Friends of the Earth (Efo), más de 45.000 vidas al año podrían salvarse si todo el mundo se decidiera a no comer carne más de dos o tres veces a la semana.

Adoptar dietas alimenticias pobres en carne haría que 31.000 personas dejaran de morir prematuramente por causa de enfermedades del corazón, otras 9.000 de cáncer y 5.000 más de derrames cerebrales, según un reciente análisis de los hábitos alimenticios de los británicos que ha realizado el doctor Mike Rayner, experto en salud pública.

Una reducción considerable del consumo de carne ahorraría alrededor de 1.370 millones de euros al National Health Service, el Sistema Nacional de Salud del Reino Unido, y contribuiría a reducir el cambio climático y la deforestación de Sudamérica, donde se están talando los bosques tropicales para cultivar forraje para animales y pastos para la cría de ganado vacuno que luego se exporta a Europa, asegura el informe.

Comer carne de un modo excesivo, en especial carne elaborada industrialmente, es perjudicial para la salud porque su ingestión posiblemente implique el consumo de más grasas animales, grasas saturadas o sal que la ingesta oficialmente recomendada, según Friends of the Earth.

La organización no está sugiriendo que se deje de comer carne por completo sino que insta a la población a no comer carne más de dos o tres veces a la semana, con una ingesta semanal que no exceda de los 210 gramos en total, el equivalente a media salchicha al día. La media de ingesta de carne a la semana se sitúa entre siete y diez raciones de 70 gramos cada una.

Adoptar estos hábitos salvaría 45.361 vidas al año, según la investigación realizada por Rayner y sus colegas en el seno del grupo de investigación de fomento de la salud, perteneciente a la Fundación Británica del Corazón de la Universidad de Oxford.

Los investigadores han calculado que pasar a comer carne un máximo de cinco veces a la semana evitaría 32.352 muertes, mientras que fallecerán otras 2.509 personas más al año en el 2050 si continúan los niveles actuales de consumo de carne.

Cada año se producen 228.000 muertes por culpa de tres afecciones en las que la ingestión de alimentos ejerce un papel protagonista: las enfermedades del corazón, los derrames cerebrales y los cánceres relacionados con el régimen alimenticio como, por ejemplo, el cáncer de colon.

"No es necesario que nos hagamos vegetarianos para velar realmente por nosotros mismos y por nuestro planeta, pero sí es necesario que reduzcamos el consumo de carne", ha manifestado Craig Bennett, director de política y campañas de Friends of the Earth.

El profesor Steve Field, presidente del Council of the Royal College of General Practitioners [Consejo del Real Colegio de Médicos de Familia], se ha mostrado de acuerdo en que "no se debería dejar de comer carne, pero sí se debería comer menos, especialmente carne elaborada industrialmente, debido a su contenido en sal y en grasas saturadas, y comer más frutas y verduras".

Rachel Thompson, subdirectora del World Cancer Research Fund [Fondo Mundial de Investigación del Cáncer], ha comentado que "estas cifras vienen a reforzar lo que hemos estado diciendo acerca de las carnes rojas y de elaboración industrial, esto es, que hay pruebas convincentes de que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de colon, el tercer cáncer más generalizado en el Reino Unido. El Fondo recomienda comer no más de 500 gramos de carne roja a la semana y evitar la ingestión de preparados cárnicos como, por ejemplo, panceta, jamón y embutidos".

Jen Elford, de la Vegetarian Society [Sociedad Vegetariana], ha añadido que "por supuesto, menos carne es mejor que más carne, pero no podemos abordar la magnitud de los problemas medioambientales y de salud que afronta la sociedad si no renunciamos de forma masiva y generalizada a las proteínas animales".

Los productores de carne han criticado el informe. "La inmensa mayoría de los consumidores ya comen menos de la cantidad de carnes rojas que se recomiendan por término medio", afirmó Chris Lamb, de BPEX, organización que representa a 20.000 productores de cerdo en Inglaterra. "Es excesivamente simplista afirmar que el cambio de un único elemento de un régimen alimenticio puede tener un resultado tan espectacular”.




Fuente: Observa.com.uy / ElMundo.es / Guardian.uk.co

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domingo, 10 de octubre de 2010

Desarrollarán alimentos que ataquen enfermedades

Nestlé invierten US$ 507 millones y servirán para diabetes y males cardíacos, entre otros.Cuenta la leyenda que Henri Nestlé, un químico de origen alemán radicado en Suiza, desarrolló una harina a base a leche y cereales tostados. Corría el año 1866 y el producto pensado para aquellos bebés que no podían ser alimentados por sus madres, dio respuesta a la elevada mortalidad infantil de la época.

Con su descubrimiento, Nestlé fundó el que es hoy el mayor grupo de alimentos del mundo. Ayer y siguiendo esos mismos pasos, Nestlé anunció la creación de una nueva empresa y de un gigantesco instituto de investigación para desarrollar alimentos que puedan atacar a enfermedades como la diabetes.

Así se anticipa a lo que ya es una tendencia en las compañías de alimentación que están enfocando los productos hacia el cuidado de la salud. Y tiende puentes hacia la industria farmacéutica.

El fabricante del café Nescafé, de los chocolates KitKat y de las sopas Maggi ha estado incursionando en el rentable mercado de los alimentos sanos para tratar de captar a más consumidores preocupados por una alimentación saludable.

El presidente ejecutivo de Nestlé, Paul Bulcke, dijo ayer en una conferencia de prensa que ese mercado aún está en crecimiento, con un tamaño estimado entre 100.000 y 150.000 millones de dólares.

La firma comunicó en su sede central, la llamada torre de cristal en Ginebra, que Nestle Health Science, estará operativa el próximo 1 de enero.

Y que realizará estudios sobre alimentos que pueden evitar o tratar enfermedades como la diabetes, problemas cardíacos y el mal de Alzheimer.

Nestlé invertirá 507 millones de dólares en la próxima década en la sociedad, que competirá tanto con empresas alimentarias como con farmacéuticas.

Su rival Unilever también incursiona en el sector de los alimentos saludables, en lo que promete ser una nueva batalla por el reinado de ese segmento.

"Con esta medida, Nestlé está afirmando aún más su atención en el negocio nutricional", dijo el analista de Vontobel Jean-Philippe Bertschy, a la agencia Reuters.

"Cada vez más gente sufre en el mundo de problemas como obesidad, diabetes o enfermedades cardiovasculares, que suelen ser el reflejo de una mala dieta y la falta de ejercicios", señaló.

La nueva firma de Nestlé estará dirigida por Emmanuel Baetge, que proviene de la industria de la biotecnología.

Con la mira en la producción de este tipo de alimentos para la salud, Nestlé compró en los últimos tres años una serie de firmas que hacen a su estrategia, como Novartis Medical Nutrition y Vitaflo.

Y desde 1986 tomó la decisión de desarrollar centros de investigación y desarrollo. Cuenta con 29 concentrados en Europa y Estados Unidos. El año pasado invirtió 2.000 millones de dólares en investigación.

En el mundo Nestlé factura 109.000 millones de dólares, posee 456 fábricas, de las cuales siete están radicadas en la Argentina. Aquí factura unos $ 2.000 millones al año y emplea a 1.800 personas. Sus marcas son líderes y contabiliza unos 10.000 productos diferentes. En el planeta vende alrededor de 1.000 millones de unidades cada día.




Fuente: iEco.clarin.com / Nestlé desarrollará alimentos que ataquen enfermedades

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martes, 28 de septiembre de 2010

Pandemia de obesidad

El sobrepeso se duplica en gran parte de los países en desarrollo en 30 años
La OCDE, que agrupa a los países desarrollados, habla de ella como "enemigo público número uno". La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que ha alcanzado cotas de pandemia (no infecciosa) y que afecta a casi todos los países occidentales. La obesidad se ha convertido en uno de los principales problemas sanitarios de los países industrializados. Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) revela que más del 50% de la población de sus países miembros padece sobrepeso, y que uno de cada seis es obeso. Las cifras son aún mayores en Estados Unidos y México, donde uno de cada tres adultos tiene obesidad. En España hay un dato especialmente preocupante: uno de cada tres menores de entre 13 y 14 años está por encima de su peso, un dato que ha convertido a este país en el tercero de la OCDE con mayor sobrepeso infantil. Es alarmante, porque un niño gordo se convertirá, con toda probabilidad, en un adulto enfermo de obesidad.

Y de momento, nada de lo que se está haciendo parece atajar el problema. La OCDE sostiene que las políticas desarrolladas por los gobiernos para frenar la pandemia son "insuficientes". Los ministros de Sanidad de los países de esta organización analizarán el estudio a principios de octubre en París. Mientras, los expertos proponen más educación, políticas sanitarias tajantes y medidas fiscales que graven los alimentos más dañinos. Sin un paquete de medidas completo, afirman, dos de cada tres personas pueden llegar a padecer obesidad en los próximos 10 años.

Las consecuencias serían muy graves económica y socialmente. "Las personas obesas mueren entre ocho y diez años antes que las que tienen un peso normal. Además, cada 15 kilos de más aumenta el riesgo de muerte temprana un 30%", apunta el economista especializado en sanidad y director del estudio de la OCDE "La obesidad y la economía de la prevención", Franco Sassi. Esta enfermedad está muchas veces acompañada de otras evitables como la diabetes, los problemas cardiovasculares o incluso algunos tipos de cáncer. Además, apunta la OCDE, la obesidad es una enfermedad cara. Los gastos de atención médica para personas obesas son, al menos, un 25% mayores que para gente de peso normal. En España, por ejemplo, esta enfermedad representa, según el Ministerio de Sanidad, el 7% del gasto sanitario español, unos 2.500 millones de euros. Una cifra nada desdeñable.

Esta situación, que según la radiografía de la OCDE ha ido aumentando sin descanso desde los años ochenta, no tiene visos de cambiar. Es más, los expertos de la organización alertan de que, si las cosas siguen así, de aquí a 10 años la proporción de adultos con sobrepeso habrá aumentado, como mínimo, un 10% de media en todos los países.

Del informe destacan las cifras de EE UU. Sin embargo, sus porcentajes, aunque alarmantes, no sorprenden mucho a los especialistas. La obesidad en ese país lleva aumentando sin freno desde hace décadas. Saltan a la vista, por contra, los datos de España o Italia, que han hecho de su alimentación tradicional, la dieta mediterránea, su bandera. "El problema es que la dieta mediterránea ya no se sigue", apunta Roberto Sabrido, director general de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aesan), dependiente del Ministerio de Sanidad. "Ha cambiado nuestra manera de comer al igual que nuestra manera de vivir. Las pautas sociales y familiares", dice. Sassi comparte la opinión: "La variación se ve sobre todo en los niños. Todo ha cambiado, ya no se come en familia y los alimentos y el tiempo dedicado a la comida no es el mismo. La obesidad y el sobrepeso han aumentado a niveles sin precedentes", afirma el director del informe.

En España, el 63% de los hombres y el 45% de las mujeres tiene sobrepeso. Pero más alarmante aún es que el 33% de los niños padecen esta enfermedad. Un problema que, afirma Sabrido, va más allá de lo estético, sino que afecta gravemente a la salud. Como la OMS, habla de "pandemia no infecciosa", y alerta de que la obesidad es la segunda causa de muerte evitable, después del tabaco. "Hay que concienciar de que el chaval no está fuerte, sino obeso. En España se ha duplicado la obesidad infantojuvenil en los últimos 15 años", dice.

El entorno importa. Un niño con alguno de sus progenitores obeso tiene tres o cuatro veces más probabilidades de padecer esta enfermedad, según el estudio. Y no solo por el componente genético; la alimentación, la actitud hacia la comida y el sedentarismo también son importantes. "Vivimos en un ambiente obesogénico. No podemos cargar toda la culpa en si nos alimentamos mal. Si no nos movemos también tendremos obesidad; y los niños pasan casi tres horas al día frente al televisor o la videoconsola", dice el director de la Aesan.

Sassi también pone el acento en el problema de la obesidad infantil. Cree que nada de lo que se está haciendo es suficiente y habla de que además de firmes políticas educativas y sanitarias habría que establecer una regulación fiscal hacia los productos alimenticios que más obesidad provocan. "También hay que establecer acuerdos con la industria alimentaria", asegura.

Sabrido reconoce también que, a la vista de los datos, lo que hay es insuficiente, aunque afirma que habrá que esperar al menos un lustro para saber si los planes actuales para frenar la obesidad, sobre todo en niños, están dando resultado. Se refiere, por ejemplo, a políticas como la de eliminar los bollos y los refrescos de las máquinas expendedoras y cafeterías escolares para dificultar que los niños consuman alimentos demasiado ricos en grasas y azúcares. El director de la Aesan no se muestra, sin embargo, partidario de gravar determinados alimentos. "Pueden derivar el consumo hacia otros. Lo fundamental es la educación", dice.

El informe de la OCDE apunta otro dato. La obesidad se ceba con las personas de nivel social y educativo más bajo. Sus tasas en personas con menos poder adquisitivo es mayor. Es la pescadilla que se muerde la cola, la comida basura puede ser mucho más barata en algunos países que un tipo de alimentación más sana, rica en frutas y verduras. En España, las diferencias sociales respecto a la obesidad afectan de manera importante a las mujeres, las que tienen un nivel de educación bajo tienen una probabilidad 3,5 veces mayor de tener sobrepeso que aquellas con un nivel educativo más alto. La diferencia social es menor entre los hombres.

Peores perspectivas de empleo

Los problemas de salud van de la mano con las peores perspectivas de trabajo para muchas personas obesas, según apunta el informe de la OCDE. Los obesos (personas con un índice de masa corporal de entre 30 y 40) suelen tener peores puestos y peores sueldos que las personas con peso normal. Las empresas prefieren contratar a candidatos que no padezcan esta enfermedad en lugar de a personas obesas, afirma esta organización. "En parte debido a expectativas de menor productividad", dicen.

Esta política contribuye a incrementar las diferencias entre empleo y salario. En Estados Unidos, por ejemplo, más del 40% de las mujeres blancas con obesidad severa (IMC de entre 40 y 50) están desempleadas. El porcentaje es de solo el 30% para el total de las mujeres.


Otro dato recogido por la OCDE: los obesos ganan hasta un 18% menos que las personas que no sufren esta enfermedad. "Necesitan faltar más días al trabajo, demandan más beneficios por invalidez, y tienden a ser menos productivos en el trabajo que la gente de peso normal", dice el informe. En definitiva, esta enfermedad dificulta que las personas que la sufren lleven una vida normal.

En los países del norte de Europa, las personas que sufren esta patología tienen hasta tres veces más probabilidades de recibir pensiones de invalidez; una cifra que en un país como Estados Unidos, donde el problema ha alcanzado cotas muy preocupantes, alcanza un 76% (invalidez a corto plazo). Cuando se suman las pérdidas de producción a los costes de atención médica -esta patología lleva asociadas otras como la hipertensión o la diabetes-, la obesidad equivale a más de 1% del PIB en EE UU.



Fuente: ElPais.com
Autor: Maria R. Sahuquillo / Madrid

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miércoles, 22 de septiembre de 2010

Demencia: "la peor crisis de salud del siglo"

Un informe sobre el impacto global de la demencia calcula los costes asociados con la enfermedad alcanzarán este año los US$600.000 millones y asegura que se trata de la peor crisis de salud del siglo.


El Informe Mundial sobre el Alzheimer, divulgado por el Instituto Karolinska (Karolinska Institutet) de Suecia y el King's College (King's College London) de Londres, estima que la enfermedad cuesta ya más de un 1% de la riqueza mundial.

Si la inversión en tratar a los enfermos de Alzheimer y otros tipos de demencia fuera vista como un país, sería la décimo octava economía del mundo, entre Turquía e Indonesia.

La cifra también supera las ganancias de compañías como la cadena de supermercados Walmart o la petrolera Exxon Mobil.

El documento, divulgado con ocasión del Día Mundial del Alzheimer -el más conocido de entre todos los tipos de demencia- calcula además que esa carga económica continuará creciendo en la medida en que los afectados por la demencia se triplicarán de aquí a 2050.

El principal problema está en el hecho de que la población mundial es cada vez más longeva.

De hecho, alrededor del 70% de los gastos relacionados con la demencia se dan en los países más desarrollados, los del oeste de Europa y Norteamérica, donde la esperanza de vida es mayor.

Sin embargo, el documento advierte además del riesgo de que los gastos se disparen en regiones donde la población envejece, como son China, la India y América Latina.


"Inversión sustancial"

Se espera que el número de personas con demencia sea el doble del actual en 2030 y el triple para 2050. Los expertos afirman, sin embargo, que el gasto crecerá incluso más rápido, especialmente en el mundo en desarrollo.

Esto se explica por el surgimiento de sistemas de salud pública en los países emergentes.

El informe pide a la Organización Mundial de la Salud que declare la demencia una prioridad mundial.

Martin Prince, del Instituto de Psiquiatría del Reino Unido, uno de los coautores del documento, también le pidió a las naciones en desarrollo mejor planificación en el cuidado de los enfermos.

"Los gobiernos deben mostrar más liderazgo en los trabajos que conduzcan a un tratamiento de la enfermedad a largo plazo", dijo.

Por su parte, Marc Wortmann, responsable de la Organización Internacional del Alzheimer, afirmó que "la escala de la crisis exige una acción global".

"La historia muestra que las grandes enfermedades pueden ser manejables, e incluso se pueden prevenir, con suficiente concienciación. Los políticos deberán hacer inversiones sustanciales en investigación y tratamiento", dijo.



Fuente: BBC Mundo

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martes, 14 de septiembre de 2010

Obesidad cuesta anualmente unos 215.000 millones a la economía estadounidense

La obesidad cuesta cada año a la economía estadounidense al menos 215.000 millones de dólares, entre los que se encuentran costes directos como los gastos médicos, e indirectos como los vinculados a la pérdida de productividad, según un estudio difundido este martes.

Las conclusiones del informe de 'Brookings Institution', un centro de reflexión de Washington, señalan que los costes médicos vinculados a la obesidad de los adultos exceden cada año 147.000 millones de dólares más que los adultos en buena salud. Para los niños obesos, el coste adicional es de 143.000 millones de dólares.

"Los costes médicos aumentaron notablemente en el curso de la última década y podrían continuar aumentando, posiblemente de manera importante, con la subida de la proporción de obesos entre los adultos y los niños en Estados Unidos", escriben los investigadores cuyo estudio aparece en el periódico 'Diabetes, Metabolic Syndrom and Obesity: Targets and Therapy'.

Además de estos gastos directamente vinculados, la obesidad genera costes en términos de pérdida de productividad, de absentismo, pero también relacionados con muertes prematuras de quienes lo padecen.

"Los costes totales en términos de productividad son probablemente sustanciales, alcanzando posiblemente los 66.000 millones de dólares al año en Estados Unidos", escriben Ross Hammond y Ruth Levine, de la división de los estudios económicos de 'Brookings'.

Los costes relacionados con el transporte también podrían verse afectados, por ejemplo, debido al peso de los pasajeros que utilizan líneas aéreas.

"El aumento de la masa corporal entre los estadounidenses significa más uso de carburante, y potencialmente de vehículos más grandes para transportar cada año al mismo número de personas que van al trabajo o viajan", insisten los investigadores.

"Esto induce a costes directos (en forma de un aumento del consumo de carburante) pero también a costes indirectos potenciales, en forma de emisiones suplementarias de gas y el efecto invernadero".


Ver informe: "The Economic Impact of Obesity in the United States" / The Brookings Institution




Fuente: ElMundo.es - AFP / "La obesidad le cuesta 200.000 millones de dólares a la economía de EEUU"
Fotografía: Nueva Orleans - 08 de septiembre: La primera dama de EE.UU. Michelle Obama juega en el campo como parte de la campaña de la NFL "PLAY 60" -una campaña de lucha contra la obesidad infantil- en la Escuela Primaria Brock. Obama se unió al comisionado de la NFL Roger Goodell y el ex entrenador de la NFL Tony Dungy para promover la campaña "Play 60" y apoyar también la iniciativa "Let's Move!" / Getty Images

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jueves, 26 de agosto de 2010

Cómo influye la religión en los médicos

La fe religiosa de un médico tiene una "fuerte influencia" en las decisiones que toma con sus pacientes terminales, revela una investigación.Los médicos ateos o agnósticos -dice el estudio publicado en Journal of Medical Ethics (Revista de Ética Médica)- tienen más probabilidades de tomar decisiones que aceleren el fin de la vida de un paciente terminal que los médicos profundamente religiosos.

Y es menos probable que éstos últimos discutan con sus pacientes muy graves las opciones de tratamientos paliativos, descubrió la investigación llevada a cabo por la Universidad de Londres.

Los expertos afirman que estos resultados son "preocupantes" y revelan que es necesario poner más atención en cómo las creencias religiosas influyen en el cuidado médico.

Los investigadores llevaron a cabo una encuesta con más de 8.500 médicos en el Reino Unido, de los cuales respondieron unos 4.000.

Aunque los entrevistados practicaban una amplia gama de especialidades, la encuesta se centró en particular en los que estaban involucrados en la toma de decisiones de fin de vida, por ejemplo, en cuidados paliativos y con ancianos.

Se preguntó a los médicos sobre el tratamiento aplicado a su último paciente fallecido, si habían ofrecido una sedación profunda continua -o sedación terminal- hasta la muerte y si habían discutido con su paciente decisiones que, a su juicio, podrían acortar la vida.

También se les preguntó sobre sus creencias religiosas, origen étnico y su opinión sobre eutanasia y muerte asistida.

Aunque en el Reino Unido es ilegal suministrar medicamentos con la intención deliberada de poner fin a la vida de una persona, los médicos pueden administrar morfina y otros fármacos para aliviar el dolor o sufrimiento, pero este procedimiento -llamado sedación profunda terminal- puede tener un efecto para acortar la vida.

El Consejo Médico General (GMC, por sus siglas en inglés) -que regula la profesión en ese país- recomienda que las discusiones con el paciente terminal sobre su cuidado paliativo, que incluye la alimentación por sonda, hidratación y resucitación (los cuales pueden causar sufrimiento innecesario), deben iniciarse lo más temprano posible.

El GMC establece que aunque los médicos deben partir sobre la base de que la vida debe ser prolongada, esto no debe perseguirse a cualquier precio.

Comunicación con el paciente

Los resultados mostraron que los médicos que se calificaron a sí mismos como "muy o extremadamente no religiosos" mostraron 40% más probabilidades de practicar la sedación que los médicos religiosos.

Por otro lado, los que se describieron como "muy o extremadamente religiosos" mostraron menos probabilidades de haber discutido con sus pacientes las decisiones sobre su tratamiento paliativo.

Más de 12% de los médicos encuestados se describieron como "muy o extremadamente religiosos", pero sólo uno de cada cinco se descubrió como "muy o extremadamente no religioso".

Se encontró que los médicos dedicados al cuidado de ancianos tenían más probabilidades de ser hindúes o musulmanes, y los médicos dedicados al cuidado paliativo mostraron más probabilidades de ser cristianos, blancos y de describirse como "religiosos".

Pero en general, los médicos de raza blanca, que representaban el mayor grupo étnico de la encuesta, mostraron menos probabilidades de descubrirse con fuertes creencias religiosas.

Como señala el doctor Clive Seale, quien dirigió el estudio, las actitudes que muestra la encuesta reflejan el apoyo que existe actualmente para la legislación sobre eutanasia y muerte asistida ya que los especialistas dedicados al cuidado paliativo y los que tienen una fuerte fe religiosa se muestran más opuestos a ella.

Los médicos de origen asiático y de raza blanca se muestran menos opuestos a esa legislación que los médicos de otros grupos étnicos.

"Es necesario que haya un mayor reconocimiento sobre la relación entre los valores de los médicos y las decisiones que toman en la clínica" expresa el autor.

Preocupante

El profesor Mayur Lakhani, presidente del Consejo Nacional para el Cuidado Paliativo, afirma que estos resultados son "preocupantes".

"El entrenamiento básico para el cuidado paliativo debe ser obligatorio para asegurarnos de que hay una coherencia en la toma de decisiones, basadas en la mejor práctica y la evidencia actual", dice el experto.

"Las decisiones deben tomarse conjuntamente con las personas que están cerca de la muerte y sus seres cercanos".

Por su parte, la doctora Ann McPherson de la organización Dignity in Dying (Dignidad al Morir) afirma que aunque este estudio demuestra que todavía "hay mucho por hacer" para que los médicos tomen en cuenta los deseos de sus pacientes.

"El hecho de que por sus creencias religiosas algunos médicos no discutan con sus pacientes las posibles opciones para el fin de la vida es profundamente preocupante", señala la experta.

"Aunque tienen derecho de sus propias creencias, los médicos no deberían dejar que estás se interpongan en las decisiones para ofrecer un tratamiento paliativo centrado en el paciente", expresa.


-Ver "The role of doctors' religious faith and ethnicity in taking ethically controversial decisions during end-of-life care" / Journal of Medical Ethics



Fuente: BBC Mundo
Fotografía: Guardian.co.uk / Atheist doctors 'more likely to hasten death'

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lunes, 23 de agosto de 2010

Ser un fumador pasivo puede llegar a alterar los genes

Un estudio practicado por científicos norteamericanos a 121 pacientes determinó que la exposición al humo aumenta el riesgo de padecer enfisemas y cáncer de pulmón
La razón por la que los fumadores pasivos tienen un alto riesgo de desarrollar enfermedades pulmonares está en que el humo al que se exponen puede cambiar su actividad genética, según reveló un reciente estudio elaborado por un equipo de científicos de la Universidad Médica Weill Cornell, en Nueva York.

El estudio concluye que el humo del tabaco que llega a los fumadores pasivos afecta a los genes que transportan las células de sus vías respiratorias, lo que aumenta sus posibilidades de padecer enfisemas o cáncer de pulmón.

Bajo la hipótesis de que el deterioro de los pulmones asociado con el cáncer debía originarse necesariamente en las células situadas entre la tráquea y los alveolos, los investigadores tomaron muestras de 121 voluntarios, fumadores y no fumadores.

Con la ayuda de un broncoscopio, los científicos extrajeron células de las vías respiratorias y examinaron los 25.000 genes humanos que pudieron identificar en ellas para determinar cuáles respondían al humo de los cigarrillos y cuáles no, según el estudio.

Finalmente, redujeron la investigación a 372 genes que estaban activos en el caso de los fumadores pero no en las células de los no fumadores.

Gracias a las muestras de orina que tomaron, los investigadores también dividieron a los voluntarios en tres grupos: fumadores, cuyas células presentaban la mayor parte de los metabolitos del tabaco; no fumadores, que no presentaban ninguno, y un grupo que mostraba niveles intermedios.

La comparación de los 372 genes seleccionados mostró que ese último grupo, formado tanto por fumadores ocasionales como por personas que nunca habían encendido un cigarrillo, compartía el 11 por ciento de sus genes activos con los fumadores.

Los científicos concluyeron que los cambios genéticos entre este último grupo, cuya exposición al tabaco es pasiva, son similares a aquellos de los fumadores y representan "los primeros pasos moleculares hacia el desarrollo de enfermedades pulmonares".

"Es interesante lo sensibles que son las células pulmonares al humo del tabaco", dijo en un comunicado el autor principal del estudio, Ronald Crystal.

"No importa si estás en una fiesta en la que otra gente fuma o si tú mismo fumas un cigarrillo a la semana. No importa el nivel de exposición que tengas, las células de tus pulmones lo detectan cambiando los genes que activan y desactivan en respuesta a esa situación de estrés", explicó.


Ver Study Finds Even a Little Cigarette Smoke Harms Airway / U.S.News & World Report



Fuente: LaNacion.com
Fotografia: Rico Ploeg "Smoking kills" / Copyright © 2007 Rico Ploeg, Netherlands - All Rights Reserved

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domingo, 15 de agosto de 2010

¿Soy adicto al sexo?

- El 6% de la población sufre un trastorno de hipersexualidad
- El tratamiento combina la terapia cognitiva con fármacos y asesoramiento sexológico
- Los afectados dedican cada vez más tiempo a planear sus encuentros sexuales

¿Existe la adicción al sexo o no es un problema real? Lo que hasta ahora era para muchos un mito o un cuento chino, la excusa perfecta en la que se escudaban famosos como el actor Michael Douglas o el golfista Tiger Woods para justificar sus infidelidades, es, desde este mes, una enfermedad reconocida por la literatura científica. La nueva edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM 5)1, la 'biblia' de la siquiatría mundial, ha incluido por primera vez en sus páginas la adicción al sexo, a la que denomina clínicamente como trastorno de la hipersexualidad2, y da las claves para identificarla.

Un reconocimiento que llevaban mucho tiempo esperando los afectados por este problema -aproximadamente un 6% de la población, según la cifra que manejan los sexólogos- que saben desde hace años que su adicción no es un invento, que la vergüenza que se dan a sí mismos por la búsqueda insaciable de placer, de tratar de satisfacer rápidamente sus continuos deseos a través de una conducta reprochable ante los ojos de la mayoría y los suyos propios, no es algo imaginario.

Lo que establece el manual psiquiátrico es que "se trata de un trastorno obsesivo compulsivo"3. Quienes lo padecen no pueden controlar sus pensamientos ni sus actos repetitivos", explica a ELMUNDO.es el psiquiatra Luis Rojas Marcos, afincado en Nueva York. "Cualquier tipo de obsesión que interfiera en la capacidad de la persona para llevar una vida normal, que le perjudique en sus relaciones personales y laborales, es una patología. En este caso la obsesión se canaliza a través del sexo de forma tan intensa que el propio afectado es consciente de que tiene un problema", añade este experto.

Esta definición de la hipersexualidad da la razón al doctor Patrick Carnes, uno de los mayores defensores de la adicción sexual como problema, que siempre ha mantenido que "al igual que un alcohólico es incapaz de dejar de beber, estas personas son incapaces de parar su comportamiento sexual autodestructivo". Propietario de la clínica Pine Grove Behavioural Centre de Misisipí (EEUU), donde Tiger Woods se está sometiendo a una terapia para curar su adicción y redimir sus pecados, Carnes afirma que "los sexoadictos pueden provenir de todas las clases sociales. Afecta tanto a políticos y empresarios como a los trabajadores de una fábrica".

Y no es algo solamente masculino. "También se da en las mujeres y acuden a consulta por ello, aunque en menor proporción que los varones", reconoce la doctora Rosario Castaño, psicóloga clínica y sexóloga del Instituto Palacios.

A pesar de su inclusión en el DSM 5, sigue sin haber consenso sobre el tema en la profesión. "Respecto a la adicción al sexo hay mucha más especulación que ciencia", confirma Rosa Abenoza, sexóloga del Instituto de Medicina Sexual. "Es muy difícil determinar cuánto es demasiado, cuándo una vida sexual muy activa puede considerarse una adicción", explica Iván Rotella, de la Asociación Española de Profesionales de Sexología. Opinión que comparte Vicent Bataller, del Instituto Valenciano de Sexología y Psicoterapia Analítica. "En cuestión de sexo, no hay límites. Si tienes muchas relaciones, pero te sientes bien contigo mismo y no sufres por ello, no hay problema", argumenta.

"Se trata de uno de los trastornos psiquiátricos más serios pero más olvidados", recoge el manual de referencia. Hace 200 años que la literatura médica habla de casos de sexoadictos. Según Rojas Marcos, "esto ha existido siempre, lo que ocurre es que hoy en día hay menos tabú al respecto".

Los síntomas

¿Cómo se distingue a un adicto al sexo? Aunque cada caso es particular, tienen características comunes. Necesitan satisfacer sus deseos carnales más que cualquier otra cosa, aunque después se sienten mal. Para dar rienda suelta a sus fantasías no dudan en masturbarse de forma compulsiva y consumir mucha pornografía -en revistas, televisión o internet-. Son promiscuos y aficionados a los encuentros de una sola noche, ya sea con personas a las que conocen en algún local o bien recurriendo a la prostitución. Y, en muchas ocasiones, no se protegen, por lo que tienen más riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual y de provocar un embarazo no deseado.

El exhibicionismo y el voyeurismo son otras de las aficiones de estos pacientes que, en último extremo, pueden incluso llegar a cometer una violación, aunque son los menos. Todas estas conductas tienen consecuencias negativas para el afectado, que van desde un divorcio hasta la pérdida del trabajo.

Existen algunos test para facilitar el diagnóstico. El manual psiquiátrico incluye uno, pero antes la prueba de referencia era el SAST (Test de la Adicción Sexual)4, una herramienta desarrollada por un consorcio de hospitales, terapeutas y voluntarios consistente en 45 preguntas para responder sí o no. Entre ellas figuran: ¿Tienen tus padres problemas con el sexo y la sexualidad? ¿Te ha creado tu actitud sexual algún problema familiar? ¿Ocultas a los demás tus actos sexuales? ¿Crees que controlas tu deseo? ¿Es el sexo lo más importante de tu vida? ¿Has utilizado internet para buscar citas? ¿Has pagado para tener sexo?, ¿Has mantenido varias relaciones amorosas al tiempo? ¿Después de una relación, reniegas del sexo algunos meses?

El tratamiento

Una vez reconocido el trastorno, que es el primer paso para curarlo, hay que buscar ayuda. Existen múltiples opciones, desde los centros privados y carísimos que abundan en Estados Unidos, la alternativa preferida por los famosos, hasta las asociaciones que dan apoyo de forma gratuita. Es el caso de Sexólicos Anónimos o Sexoadictos Anónimos (su homóloga en EEUU), creadas a imagen y semejanza de Alcohólicos Anónimos. "No hay cuotas ni honorarios. No fijamos un número fijo de personas que pueden acudir a las reuniones ni distinguimos por género. Tampoco analizamos las causas personales de la adicción. Lo único que ofrecemos es el programa de recuperación de los 12 pasos, el mismo que se emplea para dejar la bebida", explican a desde esta última, que se fundó en 1977.

¿En qué consiste el tratamiento? Aunque cada maestrillo tiene su librillo, lo más común es combinar la terapia cognitiva conductual, tanto individual como en grupo, para ayudar al paciente a controlar sus impulsos, con el asesoramiento sexológico y algunos fármacos, como los parches antitestosterona o pastillas para calmar la ansiedad.

No obstante, los especialistas admiten que todavía se conoce muy poco sobre cómo el cerebro reacciona ante un trastorno de hipersexualidad. "Parece que hay estudios neurobiológicos que apuntan a que podría haber algún tipo de disfunción de los neurotransmisores -dopamina y del sistema opiáceo- que daría lugar a algún tipo de síndrome de la recompensa insuficiente", indica la doctora Abenoza. Pero tal y como recuerda, se trata de un campo "históricamente controvertido", en el que apenas se está empezando a investigar.




Fuente: ElMundo.es
Autor: Isabel F. Lantigua / Madrid
Referencias: 1. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders 2. 'hypersexuality' 3. obsessive compulsive disorder 4. Auto Diagnóstico para la Adicción al Sexo, este es un test basico para calcular la severidad del problema de adicción sexual, ver en Adicciones.org

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