viernes, 27 de noviembre de 2009

Los 10 alimentos más peligrosos

Huevos, atún y ostras son los que más brotes sanitarios de origen alimentario causan en EE UU

¿Puede un alimento ser sano y, a la vez, peligroso? Indudablemente, sí. Un mal lavado, una contaminación, una conservación defectuosa o una alergia desconocida pueden hacer de la dieta más saludable una visita al hospital. El ejemplo: una recomendable ensalada de tomate, queso y atún tiene tres de los alimentos que más enfermedades han causado en Estados Unidos. Si se le añade una mayonesa casera, y el exótico toque de unas frambuesas, ya estarán cinco de los 10 más peligrosos. Pueden reunir todas las características: salmonela, bacterias, alergenos, minerales pesados, toxinas por putrefacción, productos químicos (insecticidas, pesticidas)...

No está claro que la estadística sea extrapolable a España, pero sí que da pistas sobre dónde hay que extremar el cuidado. El primer puesto de la lista lo ocupan los huevos (por eso la mayonesa del ejemplo anterior). Sus 352 brotes en Estados Unidos han llevado, desde 1990, a más de 11.000 personas al hospital.

Le sigue el atún (268 brotes) y las ostras (132). Luego están las patatas, queso, helados, tomates, coles y bayas (fresas, frambuesas, grosellas.... etcétera).

Obviamente, los expertos del Centro de Control de Enfermedades (CDC) que han hecho el estudio admiten que sólo han tenido acceso a la punta del iceberg (los casos que han requerido tratamiento médico), aunque calculan que cada año 76 millones de estadounidenses enferman por culpa de algo que han comido (si la proporción fuera igual en España, serían más de 11 millones de personas. Y que el problema no está en los alimentos en sí, sino en sus condiciones de conservación o manipulación. Pero indudablemente dan un argumento para evitar invitar a ostras a la pareja, o, siendo positivos, para pedir que las ensaladas se aliñen con aceite de oliva y cambiar el sorbete del postre por una pieza de fruta.


Fuente: ElPais.com
Fotografia: Salmon Sashimi , Century Egg (huevos), Squid Sashimi, Salmon Tuna Mayo(atun), Dried Oysters (ostras) fried with Fa Cai

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martes, 10 de noviembre de 2009

Ecológicos, orgánicos y naturales

Cada vez más los consumidores se esfuerzan por buscar alimentos que cuenten con estas características, aunque la tarea se torne un tanto difícil

Dejando aparte las exageraciones, que las hay, la verdad es que la salud del planeta es una de las cosas que hoy preocupan más al hombre, junto, por supuesto, con la salud propia; ambas obsesiones tienen su reflejo en la alimentación, sector en el que lo ecológico, lo "natural", es un plus cada vez más apreciado.

A los efectos que nos ocupan, hoy entendemos por productos "ecológicos" -otros hablan de agricultura "orgánica"- a aquellos que han sido cultivados sin echar mano de fertilizantes ni plaguicidas químicos. Se buscan abonos orgánicos -¿qué habrá sido del tan popular nitrato de Chile?- y se combaten las plagas sin apelar a insecticidas del tipo del prohibido DDT; más bien se combaten los insectos dañinos con la introducción de insectos benignos, y técnicas por el estilo.

En fin, que, como apuntamos, lo ecológico es un plus, y es normal que lo sea. Los problemas empiezan cuando el consumidor, y hablamos sobre todo del habitante de las grandes ciudades, intenta surtirse de productos ecológicos: lo tiene difícil. En primer lugar, porque no abundan esos productos en los anaqueles de los supermercados ni de las verdulerías; es cierto que hoy se puede acceder a algunos de ellos por internet, pero tampoco crean que a muchos. Y, por otra parte, todo plus de aprecio acaba siendo, también, un plus de precio: los productos de agricultura ecológica son más caros que los otros.

Normal que lo sean, por otra parte; no es que los fertilizantes naturales sean más caros que los inorgánicos -si lo piensan bien, no hay nada que cueste menos que el más natural y antiguo de los abonos "naturales"-, pero sí que lo son los sistemas orgánicos de combatir las plagas, sin contar los daños que esas mismas plagas, no sólo insectos, sino malas hierbas, causan en los cultivos.

Así que la mejor manera de surtirse de tomates o puerros "ecológicos" va a ser... cultivarlos uno mismo. Claro, el primer problema es tener dónde, tener un terreno; uno puede cultivar tomates en una maceta, pero no conseguirá frutos suficientes para todo el año. Hace falta suelo. Y a la gente le gusta más tener una pileta, y un jardín, que trabajar un huerto. Porque ésa es otra: el huerto hay que trabajarlo. Mucho. Exige dedicación no diremos que plena, pero casi. Y los urbanistas no suelen estar por la labor.

Hombre, si uno tiene una granja como la del cocinero británico Jamie Oliver, y contrata a un agricultor que se la cuide y atienda, miel sobre hojuelas; pero no todo el mundo puede hacerlo. Hay quien empieza a cultivar un huertito para entretenerse, pero poco a poco el trabajo le va absorbiendo: hay que sembrar, trasplantar, luchar contra los bichitos que opinan que uno ha sembrado para ellos, abonar, regar... Trabajar, en una palabra. Y contratar un ayudante supone un gasto que sólo se justificaría si la producción fuera rentable, es decir, ya no hablamos de autosuministro, sino de explotación.

Pero sí: es bonito poder presentar a los invitados una ensalada y decir "es de mi huerto", al estilo de aquel patricio romano que, al servir el vino, les decía: "gracias a los dioses, yo no lo compro", para dar a entender que es de cosecha propia. Ahí está el detalle: el día que el agricultor que cosecha productos de primera calidad en todos los sentidos obtenga el prestigio social que tienen los vinateros... las cosas habrán empezado a cambiar. A todos nos gusta que se nos reconozca nuestro trabajo. Y no sólo económicamente.

En fin, mientras llega su huerto particular, consuman, si lo creen oportuno, productos "ecológicos". Pero separen el grano de la paja: en esto de lo ecológico, lo orgánico, lo natural, hay también bastantes cuentistas: aprendan a conocerlos... y evítenlos.


Fuente: Observa.com.uy
Autor: Caius Apicius, de la agencia EFE

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