martes, 30 de noviembre de 2010

Informe sobre la salud en el mundo 2010 / OMS

La OMS insta a todos los países a reforzar la financiación sanitaria para que más personas puedan beneficiarse de los servicios de salud
Los gobiernos de todo el mundo se están esforzando por costear la atención de salud. A medida que las poblaciones envejecen, que más personas sufren enfermedades crónicas y que aparecen nuevos y más onerosos tratamientos, aumenta vertiginosamente el gasto sanitario.

Aun en países donde tradicionalmente los servicios de salud han sido accesibles y asequibles, los mecanismos de financiación están sujetos a tensiones crecientes. En los países muy dependientes del pago directo por los servicios de salud al recibirlos, el peso de las facturas sanitarias arroja a la pobreza a 100 millones de personas al año.

En el Informe sobre la salud en el mundo de este año se ofrecen a los gobiernos orientaciones prácticas sobre posibles fórmulas para sufragar la atención sanitaria. A partir de datos empíricos del mundo entero, se explica de qué modo todos los países, ricos o pobres, pueden ajustar sus mecanismos de financiación sanitaria para que más personas reciban la atención de salud que necesitan. En el Informe se alienta a la comunidad internacional a secundar los esfuerzos de los países de ingresos bajos y medios por lograr una mayor cobertura sanitaria.

«Nadie que necesite atención sanitaria debería tener que arriesgarse por ello a la ruina económica,» dijo la Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS. «En el Informe se expone un método progresivo. Alentamos a todos los países a tomar cartas en el asunto y a dar cuando menos un paso para mejorar la financiación de la salud e incrementar la cobertura sanitaria en el curso del año que viene.»

La OMS destaca tres ámbitos fundamentales en los que es posible operar cambios: recaudar más fondos para la salud, recaudar dinero más equitativamente y gastarlo con más eficacia.


Recaudar más fondos para la salud

En muchos casos hay margen para que los gobiernos asignen más dinero a la salud. En 2000, los jefes de Estado africanos se comprometieron a destinar a la salud un 15% de los fondos gubernamentales. Hasta la fecha tres países (Liberia, Rwanda y la República Unida de Tanzanía) han cumplido tal objetivo. Si los gobiernos de los 49 países más pobres del mundo dedicaran en cada caso un 15% del gasto público a la salud, podrían recaudar un importe adicional de US$ 15 000 millones al año, lo que supondría casi doblar los fondos disponibles.

Los gobiernos también pueden generar más recursos para la salud mediante una recaudación de impuestos más eficaz, como ha hecho Indonesia, cuyos ingresos han crecido en un 10%. Pueden encontrar nuevas fuentes de ingresos fiscales, como los impuestos sobre las ventas o las transacciones en divisas. Ghana, por ejemplo, ha financiado parcialmente su seguro médico nacional incrementando en un 2,5% el impuesto sobre el valor añadido (IVA). Un estudio centrado en 22 países de bajo nivel de renta pone de manifiesto que entre todos ellos podrían obtener US$ 1 420 millones elevando en un 50% los impuestos sobre el tabaco. La India podría generar US$ 370 millones de dólares al año gravando con apenas un 0,005% las transacciones en divisas.

La comunidad internacional tiene una función clave que desempeñar. Para garantizar el acceso incluso a unos pocos servicios de salud de calidad se requieren en promedio US$ 44 per cápita en los países de ingresos bajos. Muchos están tratando de conseguirlo. Actualmente hay 31 países que gastan en salud menos de US$ 35 por persona. Si todos los donantes siguieran el ejemplo del Gobierno de Noruega, entre otros, que ha cumplido la promesa de dedicar a la asistencia oficial para el desarrollo un 0,7% de su producto interno bruto (PIB), en los países de ingresos bajos se podrían salvar otros tres millones de vidas de aquí a 2015.


Recaudar dinero más equitativamente

Esto supone eliminar los principales obstáculos económicos para recibir atención sanitaria. Países como el Japón, que logran asegurar la prestación de servicios de salud a toda la población, lo han conseguido reduciendo su dependencia de los pagos directos por el usuario y acrecentando el pago anticipado (generalmente a través de seguros médicos o impuestos, o combinando ambas fórmulas). Los recursos así obtenidos engrosan un fondo común, de forma que la carga financiera no recae únicamente en quien tiene la mala fortuna de enfermar. Este es el modelo utilizado en muchos países europeos y hacia el cual han avanzado sustancialmente en el último decenio Chile, Colombia, México, Rwanda, Tailandia y Turquía, junto con el Brasil, China, Costa Rica, Ghana, Kirguistán y la República de Moldova.


Gastar el dinero más eficazmente

El simple hecho de gastar de manera más inteligente podría incrementar la cobertura sanitaria mundial en un porcentaje situado entre el 20% y el 40%. En el Informe se señalan diez ámbitos en los que es posible trabajar con mayor eficiencia. Uno de ellos es la compra de medicamentos: gracias a la estrategia de utilizar en lo posible medicamentos genéricos, Francia se ahorró el equivalente de casi US$ 2 000 millones en 2008. Otro de esos ámbitos incumbe a los hospitales. A menudo la atención hospitalaria absorbe entre la mitad y dos tercios del total del gasto sanitario público: la ineficiencia en labores vinculadas al mundo hospitalario acarrea la pérdida de casi US$ 300 000 millones al año. Un gasto hospitalario más eficaz podría acrecentar la productividad en un 15%.

La función de la comunidad internacional es básica para lograr un mayor grado de eficiencia. Transcurridos cinco años desde la Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo, concebida para unificar la ayuda en torno a programas liderados por los propios países, hay ahora más de 140 iniciativas mundiales sobre temas sanitarios que discurren paralelamente imponiendo a los gobiernos beneficiarios una serie de tareas logísticas y de presentación de informes que erosionan aún más los recursos. El Gobierno de Rwanda, por ejemplo, informa actualmente de más de 890 indicadores sanitarios, y este es un proceso que consume muchísimo tiempo.
De cara al futuro

El 22 de noviembre, la OMS presenta el informe a una conferencia ministerial sobre financiación sanitaria que acoge el Gobierno de Alemania. A partir de ahí la Organización y sus asociados pondrán en marcha un programa para ayudar a los países a analizar sus sistemas y estrategias de financiación sanitaria y sus políticas y planes nacionales de salud. El programa alentará y propiciará el intercambio de experiencias entre países y ayudará a éstos a ajustar sus sistemas de financiación para que más personas puedan acceder a los servicios de salud que necesitan.


Resumen del informe [pdf 1.22Mb]
Informe completo [pdf 2.94Mb]

Informe por capítulos
- ĺndice [pdf 340kb]
- Mensaje de la Directora General y resumen [pdf 639kb]
- Capítulo 1: ¿Dónde nos encontramos? [pdf 342kb]
- Capítulo 2: Más dinero para la salud [pdf 650kb]
- Capítulo 3: La unión hace la fuerza [pdf 693kb]
- Capítulo 4: Más salud por el dinero [pdf 481kb]
- Capítulo 5: Una agenda para la acción [pdf 302kb]
- ĺndice [pdf 79kb]



Fuente: OMS


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lunes, 15 de noviembre de 2010

El alcohol, más dañino que la heroína y el 'crack'

El informe, publicado en 'The Lancet', mide los efectos perjudiciales que tienen las drogas no sólo en el consumidor sino en su entorno y en la sociedad

El alcohol es más dañino que la heroína y el crack -un derivado de la cocaína que se fuma- según sostiene un novedoso estudio publicado hoy en la revista médica The Lancet*, que considera de manera combinada el perjuicio que causa al consumidor una determinada droga y a las personas que le rodean. El informe, elaborado por dos ex asesores del Gobierno británico, David Nutt y Leslie King, tiene por objetivo elaborar políticas estatales más eficaces para paliar el impacto social de sustancias adictivas, entre las que se incluye también el tabaco, otra droga tan legal como el alcohol en la mayoría de los países del mundo. Según este informe, la segunda y tercera drogas en el ránking del daño individual y social son la heroína y el crack.

La tarea no es fácil dado el amplio abanico de efectos dañinos que pueden tener las drogas en el consumidor y en su entorno, según explican los autores en el prólogo de la investigación. Un estudio previo dirigido por Nutt en 2007 provocó una gran controversia al establecer nueve criterios principales de daño, desde el mal intrínseco de las drogas a los costes sanitarios que genera, cada uno de ellos con un mismo peso valorativo en la evaluación final. Para mejorar el resultado, este estudio emplea el Análisis de Decisión Multicriterio, una técnica que ya ha sido usada con éxito para asesorar las autoridades en cuestiones con muchas aristas como el almacenamiento de residuos nucleares.


La lista de las sustancias nocivas

Nueve de los criterios utilizados en este estudio tienen que ver con el daño que una droga causa en el individuo y otros siete con los daños causados a otros, y todos ellos han sido divididos en cinco subgrupos referidos a los daños físicos, psicológicos y sociales. Las sustancias han sido valoradas del 0 al 100, siendo 100 el nivel máximo de daño causado en cada criterio específico. Las nueve categorías de daño al individuo son: mortalidad a causa directa del consumo, mortalidad derivada del consumo, daño directo a causa del consumo, daño derivado del consumo, dependencia, discapacidad mental a causa del consumo, pérdida de capacidades de la percepción, daño a las relaciones personales y lesiones. Las siete categorías de perjuicios a los demás son crimen, conflicto familiar, daño al entorno cercano, daño al conjunto de la sociedad, coste económico y deterioro de la cohesión comunitaria.

Teniendo todas estas cuestiones en cuenta, el alcohol obtiene una puntuación de 72, seguido de la heroína (55) y el crack (54). El resto de drogas son metanfetamina en cristal (33), cocaína (27), tabaco (26), anfetaminas (23), cannabis (20), ácido gama-hidroxibutírico (18), benzodiazepinas (15), quetamina (15), metadona (14), mefedrona (13), butano (10), khat (nueve), éxtasis (nueve), esteroides anabolizantes (nueve), LSD (siete), buprenorfina (seis) y setas alucinógenas (cinco). Con estos resultados, los autores del análisis subrayan que el alcohol, además de ser la droga más perjudicial en términos generales, es casi tres veces más dañina que la cocaína y el tabaco. Los autores indican que la heroína, el crack y la metanfetamina en cristal son las sustancias más dañinas para el individuo que las toma, mientras que el alcohol, la heroína y el crack lideran la lista de las más perjudiciales para el entorno directo.

La Organización Mundial de la Salud estima que las enfermedades y riesgos vinculados al alcohol causan 2,5 millones de muertes al año entre ataque al corazón, problemas en el hígado, accidentes de tráfico, suicidios y cáncer. Se trata del 3,8% de las muertes y el tercer factor de riesgo de muerte prematura y de discapacidad en todo el mundo. Según el Informe Mundial sobre las Drogas 2010 de la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito, entre 155 y 250 millones de personas consumen drogas ilícitas en el mundo, un 15% de las cuales (38 millones) son drogodependientes. La marihuana es la sustancia más consumida, por entre 129 y 190 millones de personas, seguida de las metanfetaminas, los opiáceos y la cocaína.

El profesor Nutt, que cesó hace unos meses de su cargo de asesor del Gobierno británico en cuestiones de drogodependencia tras afirmar que consumir éxtasis es menos peligroso que montar a caballo y que el éxtasis es menos dañino que el alcohol, defiende el modelo de clasificación y recuerda que es el más preciso que se conoce hasta ahora para estas cuestiones. "Los autores destacan que sus conclusiones respaldan las de trabajos previos realizados en el Reino Unido y Holanda, "confirmando que el actual sistema de clasificación de las drogas no se corresponde con las pruebas acerca del daño que causan". "También coinciden con la conclusiones de anteriores informes de expertos acerca de que afrontar de manera decidida los perjuicios derivados del alcohol es una estrategia de salud pública válida y necesaria", subrayan. Otra de las conclusiones que da mucho que pensar es que dos drogas legales estén en la parte alta de la tabla de sustancias nocivas, lo que indica que "las drogas legales causan al menos tanto daño como las ilegales".


Acceda al informe de la investigación: Drug harms in the UK: a multicriteria decision analysis. Prof David J Nutt FMedSci, Leslie A King PhD b, Lawrence D Phillips PhD c, on behalf of the Independent Scientific Committee on Drugs / The Lancet



Fuente: ElPais.com / "El alcohol, más dañino que la heroína y el 'crack', según un estudio británico"

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miércoles, 3 de noviembre de 2010

Comer menos carne salva vidas

Un estudio reciente en el Reino Unido determina que 45.000 vidas podrían salvarse si se ingiriera menos este alimentoSegún la organización Friends of the Earth (Efo), más de 45.000 vidas al año podrían salvarse si todo el mundo se decidiera a no comer carne más de dos o tres veces a la semana.

Adoptar dietas alimenticias pobres en carne haría que 31.000 personas dejaran de morir prematuramente por causa de enfermedades del corazón, otras 9.000 de cáncer y 5.000 más de derrames cerebrales, según un reciente análisis de los hábitos alimenticios de los británicos que ha realizado el doctor Mike Rayner, experto en salud pública.

Una reducción considerable del consumo de carne ahorraría alrededor de 1.370 millones de euros al National Health Service, el Sistema Nacional de Salud del Reino Unido, y contribuiría a reducir el cambio climático y la deforestación de Sudamérica, donde se están talando los bosques tropicales para cultivar forraje para animales y pastos para la cría de ganado vacuno que luego se exporta a Europa, asegura el informe.

Comer carne de un modo excesivo, en especial carne elaborada industrialmente, es perjudicial para la salud porque su ingestión posiblemente implique el consumo de más grasas animales, grasas saturadas o sal que la ingesta oficialmente recomendada, según Friends of the Earth.

La organización no está sugiriendo que se deje de comer carne por completo sino que insta a la población a no comer carne más de dos o tres veces a la semana, con una ingesta semanal que no exceda de los 210 gramos en total, el equivalente a media salchicha al día. La media de ingesta de carne a la semana se sitúa entre siete y diez raciones de 70 gramos cada una.

Adoptar estos hábitos salvaría 45.361 vidas al año, según la investigación realizada por Rayner y sus colegas en el seno del grupo de investigación de fomento de la salud, perteneciente a la Fundación Británica del Corazón de la Universidad de Oxford.

Los investigadores han calculado que pasar a comer carne un máximo de cinco veces a la semana evitaría 32.352 muertes, mientras que fallecerán otras 2.509 personas más al año en el 2050 si continúan los niveles actuales de consumo de carne.

Cada año se producen 228.000 muertes por culpa de tres afecciones en las que la ingestión de alimentos ejerce un papel protagonista: las enfermedades del corazón, los derrames cerebrales y los cánceres relacionados con el régimen alimenticio como, por ejemplo, el cáncer de colon.

"No es necesario que nos hagamos vegetarianos para velar realmente por nosotros mismos y por nuestro planeta, pero sí es necesario que reduzcamos el consumo de carne", ha manifestado Craig Bennett, director de política y campañas de Friends of the Earth.

El profesor Steve Field, presidente del Council of the Royal College of General Practitioners [Consejo del Real Colegio de Médicos de Familia], se ha mostrado de acuerdo en que "no se debería dejar de comer carne, pero sí se debería comer menos, especialmente carne elaborada industrialmente, debido a su contenido en sal y en grasas saturadas, y comer más frutas y verduras".

Rachel Thompson, subdirectora del World Cancer Research Fund [Fondo Mundial de Investigación del Cáncer], ha comentado que "estas cifras vienen a reforzar lo que hemos estado diciendo acerca de las carnes rojas y de elaboración industrial, esto es, que hay pruebas convincentes de que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de colon, el tercer cáncer más generalizado en el Reino Unido. El Fondo recomienda comer no más de 500 gramos de carne roja a la semana y evitar la ingestión de preparados cárnicos como, por ejemplo, panceta, jamón y embutidos".

Jen Elford, de la Vegetarian Society [Sociedad Vegetariana], ha añadido que "por supuesto, menos carne es mejor que más carne, pero no podemos abordar la magnitud de los problemas medioambientales y de salud que afronta la sociedad si no renunciamos de forma masiva y generalizada a las proteínas animales".

Los productores de carne han criticado el informe. "La inmensa mayoría de los consumidores ya comen menos de la cantidad de carnes rojas que se recomiendan por término medio", afirmó Chris Lamb, de BPEX, organización que representa a 20.000 productores de cerdo en Inglaterra. "Es excesivamente simplista afirmar que el cambio de un único elemento de un régimen alimenticio puede tener un resultado tan espectacular”.




Fuente: Observa.com.uy / ElMundo.es / Guardian.uk.co

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