Este miércoles dos pavos competirán en la Casa Blanca por el tradicional perdón presidencial. Uno de ellos se salvará de ser beneficiado para las fiestas del Día de Acción de Gracias en Estados Unidos.
El afortunado pasará el resto de su vida en una granja, como otros sobrevivientes perdonados por anteriores presidentes, una costumbre que introdujo en 1947 Harry Truman.
El otro se unirá a los 47 millones de sus semejantes que serán servidos este jueves en cenas en todo el país, según cálculos del Departamento de Agricultura de EE.UU.
Es una tradición muy estadounidense (cena con pavo y perdón presidencial), pero no por eso algo que acepten de buena gana los movimientos de defensa de animales o los promotores de las dietas vegetarianas.
En las últimas semanas, grupos como Gente por el Tratamiento Ético de los Animales (PETA, por sus siglas en inglés) han intensificado sus "campañas vegetarianas" para convencer a los estadounidenses de cambiar el menú de Acción de Gracias, por uno menos sangriento.
El cadáver sobre la mesa
"Si estás comiendo pavo, entonces tienes un cadáver sobre la mesa", informa Peta fríamente en su sitio web, donde presenta 10 razones para no comer pavo esta temporada.
"Si no te lo comes suficientemente rápido se va a descomponer. ¿Es eso lo que realmente quieres como centro de la comida en estas fiestas: un animal muerto y una carcasa en descomposición?", insiste el escrito.
La primera razón para no comérselos es que los pavos "son animales inteligentes con personalidad y carácter, totalmente conscientes del mundo que los rodea", según citan en PETA al experto avícola de la Universidad Estatal de Oregon, Tom Savage
La gripe aviar, los químicos en las dietas de crecimiento usadas en las granjas industriales, así como la crueldad con la que son beneficiados los pavos y la contaminación que pueden sufrir los productos terminados, figuran entre las razones con las que PETA busca convencer a los carnívoros de cambiar de dieta.
Aunque en PETA no pudieron decir con precisión en cuánto esperaban reducir el consumo de pavos, personas vinculadas a la campaña aseguraron a BBC Mundo que aspiran a que la gente cumpla con dar gracias, pero que permita también a los pavos agradecer el haberse salvado de la matanza anual.
Salvar la cara
Mientras la cruzada vegetariana trata de salvar a los pavos del matadero y por consiguiente de los hornos, otros intentan al menos salvarles un poco el prestigio.
La imagen popular tiene a los pavos como animales tontos y lentos, en la misma categoría de los corderos, con quienes compiten por cierto como plato principal en las celebraciones en muchas zonas del mundo.
Por eso el profesor Savage, de la Universidad de Oregon, aprovecha las festividades del Día de Acción de Gracias para aclararles a los estadounidenses, vegetarianos o no, que se trata de animales de gran inteligencia.
"¿Cuántos cazadores vuelven a casa llevando un pavo salvaje?", dijo Savage en una reciente entrevista con un periódico de Oregón, como para demostrar que los ancestros de los actuales pavos domesticados tienen la inteligencia suficiente para escapar de sus depredadores.
Para Savage la mejor demostración es la capacidad de socialización que tienen estas aves.
"Si les lanzas una manzana a un grupo de pavos, ellos se van a poner a jugar con ella entre todos. Como si fuera futbol. Si los pavos son tan tontos, ¿entonces por qué socializan de esa manera?" se pregunta Savage.
La alternativa vegetal
Como no se trata de dejar de celebrar las tradiciones, los vegetarianos ofrecen "menús alternativos" para cambiar el voluminoso pavo, sin necesidad de sentir nostalgia por su conocido sabor.
Uno de los principales opciones es el Tofurky, un pastel de trigo, relleno de tofu y vegetales, que según los fabricantes, unido a la salsa de arándanos sabe "igual que el pavo".
Aunque el Tofurky puede encontrarse en la mayoría de los supermercados orgánicos de EE.UU., la empresa que lo produce, Tirtle Islands Foods, no respondió las preguntas que BBC Mundo sobre cuántos pavos han logrado sacar de las mesas estadounidenses.
Uno de los recursos preferidos que usan los que quieren salvar pavos, es sostener que en la primera cena de Acción de Gracias no había aves de ningún tipo en el menú. Sin embargo, parece un argumento inexacto.
Por los relatos de algunos de los peregrinos que comieron en aquella primera cena de 1621, en la mesa hubo abundante carne de pavos y otras aves, y la de cinco venados cazados por los indígenas, su aporte a la opípara comida que duró tres días.
Fuente: BBC Mundo
Autor: Carlos Chirinos / BBC Mundo, Washington
Fotografía: Montaje y adaptación por Menesez Filipov / Ojo Adventista
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El afortunado pasará el resto de su vida en una granja, como otros sobrevivientes perdonados por anteriores presidentes, una costumbre que introdujo en 1947 Harry Truman.
El otro se unirá a los 47 millones de sus semejantes que serán servidos este jueves en cenas en todo el país, según cálculos del Departamento de Agricultura de EE.UU.
Es una tradición muy estadounidense (cena con pavo y perdón presidencial), pero no por eso algo que acepten de buena gana los movimientos de defensa de animales o los promotores de las dietas vegetarianas.
En las últimas semanas, grupos como Gente por el Tratamiento Ético de los Animales (PETA, por sus siglas en inglés) han intensificado sus "campañas vegetarianas" para convencer a los estadounidenses de cambiar el menú de Acción de Gracias, por uno menos sangriento.
El cadáver sobre la mesa
"Si estás comiendo pavo, entonces tienes un cadáver sobre la mesa", informa Peta fríamente en su sitio web, donde presenta 10 razones para no comer pavo esta temporada.
"Si no te lo comes suficientemente rápido se va a descomponer. ¿Es eso lo que realmente quieres como centro de la comida en estas fiestas: un animal muerto y una carcasa en descomposición?", insiste el escrito.
La primera razón para no comérselos es que los pavos "son animales inteligentes con personalidad y carácter, totalmente conscientes del mundo que los rodea", según citan en PETA al experto avícola de la Universidad Estatal de Oregon, Tom Savage
La gripe aviar, los químicos en las dietas de crecimiento usadas en las granjas industriales, así como la crueldad con la que son beneficiados los pavos y la contaminación que pueden sufrir los productos terminados, figuran entre las razones con las que PETA busca convencer a los carnívoros de cambiar de dieta.
Aunque en PETA no pudieron decir con precisión en cuánto esperaban reducir el consumo de pavos, personas vinculadas a la campaña aseguraron a BBC Mundo que aspiran a que la gente cumpla con dar gracias, pero que permita también a los pavos agradecer el haberse salvado de la matanza anual.
Salvar la cara
Mientras la cruzada vegetariana trata de salvar a los pavos del matadero y por consiguiente de los hornos, otros intentan al menos salvarles un poco el prestigio.
La imagen popular tiene a los pavos como animales tontos y lentos, en la misma categoría de los corderos, con quienes compiten por cierto como plato principal en las celebraciones en muchas zonas del mundo.
Por eso el profesor Savage, de la Universidad de Oregon, aprovecha las festividades del Día de Acción de Gracias para aclararles a los estadounidenses, vegetarianos o no, que se trata de animales de gran inteligencia.
"¿Cuántos cazadores vuelven a casa llevando un pavo salvaje?", dijo Savage en una reciente entrevista con un periódico de Oregón, como para demostrar que los ancestros de los actuales pavos domesticados tienen la inteligencia suficiente para escapar de sus depredadores.
Para Savage la mejor demostración es la capacidad de socialización que tienen estas aves.
"Si les lanzas una manzana a un grupo de pavos, ellos se van a poner a jugar con ella entre todos. Como si fuera futbol. Si los pavos son tan tontos, ¿entonces por qué socializan de esa manera?" se pregunta Savage.
La alternativa vegetal
Como no se trata de dejar de celebrar las tradiciones, los vegetarianos ofrecen "menús alternativos" para cambiar el voluminoso pavo, sin necesidad de sentir nostalgia por su conocido sabor.
Uno de los principales opciones es el Tofurky, un pastel de trigo, relleno de tofu y vegetales, que según los fabricantes, unido a la salsa de arándanos sabe "igual que el pavo".
Aunque el Tofurky puede encontrarse en la mayoría de los supermercados orgánicos de EE.UU., la empresa que lo produce, Tirtle Islands Foods, no respondió las preguntas que BBC Mundo sobre cuántos pavos han logrado sacar de las mesas estadounidenses.
Uno de los recursos preferidos que usan los que quieren salvar pavos, es sostener que en la primera cena de Acción de Gracias no había aves de ningún tipo en el menú. Sin embargo, parece un argumento inexacto.
Por los relatos de algunos de los peregrinos que comieron en aquella primera cena de 1621, en la mesa hubo abundante carne de pavos y otras aves, y la de cinco venados cazados por los indígenas, su aporte a la opípara comida que duró tres días.
Fuente: BBC Mundo
Autor: Carlos Chirinos / BBC Mundo, Washington
Fotografía: Montaje y adaptación por Menesez Filipov / Ojo Adventista
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