“La línea que separa una droga de un alimento es cada vez más borrosa”
Entrevista al Dr. Gary L. Wenk , especializado en neurotoxicología y una autoridad mundial en la investigación del Alzheimer y el envejecimiento cerebral. Su libro "Tu cerebro bajo los efectos de los alimentos: cómo los compuestos químicos controlan tus pensamientos y sentimientos", fue reconocido por sus “esfuerzos en favor de la promoción de la ciencia y sus aplicaciones”. Para este científico no hay ninguna diferencia entre los alimentos y las drogas, ambos producen efectos deseados en nuestro cerebro.
CUKMI: Una reseña de tu libro dice que “todo lo que incorporamos al cuerpo tiene consecuencias directas en nuestra forma de pensar, sentir y actuar”. En relación a los alimentos, ¿son los ingredientes, los nutrientes, su combinación o el acto de comer el que determina principalmente la función del cerebro?
GARY: Esta es la pregunta más difícil, y también la más importante, en relación a los efectos de nuestra dieta en la función cerebral. La verdad es que cada ingrediente debe ser siempre considerado en relación con sus propias acciones específicas y sus acciones en la presencia de los otros nutrientes. Por ejemplo el chocolate, un alimento complejo del que se ha escrito muchas veces. Cada uno de sus ingredientes tiene acciones específicas en el cerebro, la teobromina, PEA, la manteca de cacao, el cacao en polvo, la anandamida, las sales de magnesio y una variedad de flavonoides. Para un pequeño porcentaje de personas, generalmente mujeres, es la combinación de estos ingredientes la que produce ira y rabia emocional cuando consumen chocolate, incluso en pequeñas cantidades. Por lo tanto, cada fuente de alimentación debe ser considerada como un conjunto de ingredientes específicos y se debe considerar la historia genética de la persona que lo consume. Con demasiada frecuencia, la gente asume que un solo nutriente actúa de la misma manera en todo el mundo, esto no siempre es cierto. Después, algunos ingredientes pueden convertirse en nuestro cuerpo en compuestos totalmente inesperados que afectan el cerebro, como es el caso de un componente de la nuez moscada que se convierte en la droga callejera éxtasis. Así que podés ver lo complicado que se hace responder a las preguntas acerca de los efectos de la dieta sobre el cerebro.
CUKMI: ¿Por qué decís que desde la perspectiva del cerebro la comida es como una droga? ¿Qué diferencia hay con una droga como el éxtasis y el alcohol?
GARY: No hay ninguna diferencia entre los alimentos y las drogas, son productos químicos. Ambos se metabolizan en energía. Para muchas personas el café y la nicotina son alimentos. Mientras algunos alimentos afectan el cerebro de manera muy indirecta, otros lo hacen de forma más directa, al igual que las drogas. El alcohol fue alguna vez considerado pan líquido simplemente porque es muy nutritivo y no se echa a perder al ser transportado en largas distancias. Pasa que tendemos a ver los alimentos como nutrientes. Algunas drogas influyen sobre el hambre, estos son los estimulantes primarios, pero indirectamente también influyen en lo que comemos. Los alimentos y las drogas son sólo sustancias químicas que producen efectos deseados y no deseados en nuestro cuerpo y nuestro cerebro. Y la línea que separa la droga del alimento es cada vez más borrosa. Los médicos están administrando a los niños con trastornos del desarrollo como el autismo suplementos de micronutrientes, y han tenido cierto éxito. Las personas que siguen una dieta macrobiótica buscan alterar el equilibrio de los microbios en los intestinos y esto influencia, de manera indirecta, la función cerebral.
CUKMI: ¿Hay una relación directa entre comer y envejecer?
GARY: En cuanto a la evidencia científica, no hay alimentos que pueden prolongar la vida. El único método probado científicamente es comer menos calorías. El sabor y las propiedades de la comida no tienen nada que ver con la salubridad de los alimentos.
Por supuesto, comer frutas y verduras sugiere que vamos a mantenernos saludables por más tiempo. Pero porque las frutas, verduras y granos fibrosos contienen menos calorías por peso y nos inducen a comer menos en general. Cualquier cosa que hagas para comer menos calorías alarga la vida.
CUKMI: Debe haber muchos conceptos erróneos dando vueltas, ¿cuáles son los más difundidos?
GARY: El que dice que existen alimentos malos para la salud del cuerpo que a veces son buenos para el cerebro. Por ejemplo, las personas que fuman cigarrillos rara vez desarrollan la enfermedad de Parkinson, las que beben mucho café todos los días rara vez desarrollan Parkinson o Alzheimer y la diabetes tipo II. Fumar marihuana es buena para el cerebro cuando nos hacemos mayores y puede desacelerar el deterioro mental. El cerebro ansía alimentos con alto contenido glucémico en la mañana, como por ejemplo donas, panes y azúcar.
CUKMI: ¿Por qué es más fácil subir de peso que dejar de comer y comenzar una dieta?
GARY: La respuesta tiene mucho que ver con las condiciones existentes en la evolución del cerebro y el cuerpo en los últimos millones de años. Nuestro cerebro nos recompensa con fuerza cuando comemos azúcar, grasa y sal; por lo que tenemos una epidemia inminente de enfermedades relacionadas con la obesidad. Azúcar, grasa y sal rara vez aparecen en la naturaleza y están cargadas de calorías, por lo que cualquier animal que se los encuentra se los comerá hasta terminarlos. Los seres humanos suelen hacer lo mismo en las mesas de buffet durante las fiestas. Vemos la comida ¡y nuestro cerebro nos recompensa por cada bocado de grasa, sal y azúcar!
No podemos dejar de comer y seguir viviendo. Si lo comparamos con la nicotina, no necesitamos fumar para vivir –por lo que podríamos evitar la experiencia de fumar por completo– pero no es el caso de los alimentos. Por eso es tan difícil perder peso comiendo menos. Es más fácil hacer ejercicio, pero este enfoque es mucho menos eficaz.
CUKMI: ¿Y en qué medida comer o no comer grasas puede inducir o prevenir la depresión?
GARY: Comer alimentos ricos en grasas induce la liberación de endógenos –químicos similares a la morfina– en el cerebro, por lo que comer un helado es como una inyección de heroína. Si estabas deprimido antes de comerlo, no lo estarás después. Cuando comemos de más, almacenamos el exceso de calorías en forma de gotas de grasa en nuestras células grasas. A medida que estas células se agrandan y se llenan, fabricamos más, que luego llenamos con más gotas de grasa. Las células de grasa no están inactivas, sino que liberan sustancias químicas que al entrar en el cerebro afectan el estado de ánimo. Por eso es que las personas obesas tienden a sufrir más de depresión, y además no responden bien a los medicamentos antidepresivos en comparación con las personas delgadas. De forma esporádica, las células de grasa también liberan endógenos similares a la marihuana que inducen a comer de forma compulsiva. En consecuencia, por lo general comer alimentos grasos induce una cierta euforia aguda pero en última instancia provoca depresión.
CUKMI: Existe un estudio al menos extraño que dice que imaginarse uno mismo comiendo un alimento específico puede hacernos comer menos. ¿Cómo es posible que un pensamiento reemplace al acto?
GARY: Se llama habituación. Engañamos a nuestro cerebro para que piense que ya hemos consumido parte de los alimentos y por lo tanto tendemos a comer menos. Quien sea capaz de reproducir mejor la experiencia mental, más eficaz le resultará el método, que se nutre de una capacidad humana muy poderosa: el efecto placebo. Si creés que alguien ha encontrado una solución de la caída del cabello, ¡algunas personas realmente hacen crecer el cabello! Este no es el enfoque ideal para controlar el peso, pero es uno de los muchos enfoques que podrían ayudar.
Fuente: Cukmi.com
Entrevistado: Gary L. Wenk, profesor de Psicología, Neurociencia, Virología Molecular, Inmunología y Genética Médica en la Ohio State University, es una autoridad mundial sobre las consecuencias de la inflamación crónica del cerebro y en modelos animales de enfermedad de Alzheimer. Recibio el Vernon & Virginia Furrow Excellence in Teaching Award y el Five Star Faculty Teaching Award. La investigación del profesor Wenk se centra en la investigación de medicamentos que pueden retrasar la progresión de la enfermedad de Alzheimer y de rescate del cerebro de las consecuencias del envejecimiento normal y patológico. Elegido en 2008como Fellow en el American Assosciation for the Advancement of Science por sus destacadas contribuciones en el campo de la neurofarmacología, enfermedades neurodegenerativas y procesos neuroinflamatorios.
Autor entrevista: Marcela Mazzei
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Entrevista al Dr. Gary L. Wenk , especializado en neurotoxicología y una autoridad mundial en la investigación del Alzheimer y el envejecimiento cerebral. Su libro "Tu cerebro bajo los efectos de los alimentos: cómo los compuestos químicos controlan tus pensamientos y sentimientos", fue reconocido por sus “esfuerzos en favor de la promoción de la ciencia y sus aplicaciones”. Para este científico no hay ninguna diferencia entre los alimentos y las drogas, ambos producen efectos deseados en nuestro cerebro.
CUKMI: Una reseña de tu libro dice que “todo lo que incorporamos al cuerpo tiene consecuencias directas en nuestra forma de pensar, sentir y actuar”. En relación a los alimentos, ¿son los ingredientes, los nutrientes, su combinación o el acto de comer el que determina principalmente la función del cerebro?
GARY: Esta es la pregunta más difícil, y también la más importante, en relación a los efectos de nuestra dieta en la función cerebral. La verdad es que cada ingrediente debe ser siempre considerado en relación con sus propias acciones específicas y sus acciones en la presencia de los otros nutrientes. Por ejemplo el chocolate, un alimento complejo del que se ha escrito muchas veces. Cada uno de sus ingredientes tiene acciones específicas en el cerebro, la teobromina, PEA, la manteca de cacao, el cacao en polvo, la anandamida, las sales de magnesio y una variedad de flavonoides. Para un pequeño porcentaje de personas, generalmente mujeres, es la combinación de estos ingredientes la que produce ira y rabia emocional cuando consumen chocolate, incluso en pequeñas cantidades. Por lo tanto, cada fuente de alimentación debe ser considerada como un conjunto de ingredientes específicos y se debe considerar la historia genética de la persona que lo consume. Con demasiada frecuencia, la gente asume que un solo nutriente actúa de la misma manera en todo el mundo, esto no siempre es cierto. Después, algunos ingredientes pueden convertirse en nuestro cuerpo en compuestos totalmente inesperados que afectan el cerebro, como es el caso de un componente de la nuez moscada que se convierte en la droga callejera éxtasis. Así que podés ver lo complicado que se hace responder a las preguntas acerca de los efectos de la dieta sobre el cerebro.
CUKMI: ¿Por qué decís que desde la perspectiva del cerebro la comida es como una droga? ¿Qué diferencia hay con una droga como el éxtasis y el alcohol?
GARY: No hay ninguna diferencia entre los alimentos y las drogas, son productos químicos. Ambos se metabolizan en energía. Para muchas personas el café y la nicotina son alimentos. Mientras algunos alimentos afectan el cerebro de manera muy indirecta, otros lo hacen de forma más directa, al igual que las drogas. El alcohol fue alguna vez considerado pan líquido simplemente porque es muy nutritivo y no se echa a perder al ser transportado en largas distancias. Pasa que tendemos a ver los alimentos como nutrientes. Algunas drogas influyen sobre el hambre, estos son los estimulantes primarios, pero indirectamente también influyen en lo que comemos. Los alimentos y las drogas son sólo sustancias químicas que producen efectos deseados y no deseados en nuestro cuerpo y nuestro cerebro. Y la línea que separa la droga del alimento es cada vez más borrosa. Los médicos están administrando a los niños con trastornos del desarrollo como el autismo suplementos de micronutrientes, y han tenido cierto éxito. Las personas que siguen una dieta macrobiótica buscan alterar el equilibrio de los microbios en los intestinos y esto influencia, de manera indirecta, la función cerebral.
CUKMI: ¿Hay una relación directa entre comer y envejecer?
GARY: En cuanto a la evidencia científica, no hay alimentos que pueden prolongar la vida. El único método probado científicamente es comer menos calorías. El sabor y las propiedades de la comida no tienen nada que ver con la salubridad de los alimentos.
Por supuesto, comer frutas y verduras sugiere que vamos a mantenernos saludables por más tiempo. Pero porque las frutas, verduras y granos fibrosos contienen menos calorías por peso y nos inducen a comer menos en general. Cualquier cosa que hagas para comer menos calorías alarga la vida.
CUKMI: Debe haber muchos conceptos erróneos dando vueltas, ¿cuáles son los más difundidos?
GARY: El que dice que existen alimentos malos para la salud del cuerpo que a veces son buenos para el cerebro. Por ejemplo, las personas que fuman cigarrillos rara vez desarrollan la enfermedad de Parkinson, las que beben mucho café todos los días rara vez desarrollan Parkinson o Alzheimer y la diabetes tipo II. Fumar marihuana es buena para el cerebro cuando nos hacemos mayores y puede desacelerar el deterioro mental. El cerebro ansía alimentos con alto contenido glucémico en la mañana, como por ejemplo donas, panes y azúcar.
CUKMI: ¿Por qué es más fácil subir de peso que dejar de comer y comenzar una dieta?
GARY: La respuesta tiene mucho que ver con las condiciones existentes en la evolución del cerebro y el cuerpo en los últimos millones de años. Nuestro cerebro nos recompensa con fuerza cuando comemos azúcar, grasa y sal; por lo que tenemos una epidemia inminente de enfermedades relacionadas con la obesidad. Azúcar, grasa y sal rara vez aparecen en la naturaleza y están cargadas de calorías, por lo que cualquier animal que se los encuentra se los comerá hasta terminarlos. Los seres humanos suelen hacer lo mismo en las mesas de buffet durante las fiestas. Vemos la comida ¡y nuestro cerebro nos recompensa por cada bocado de grasa, sal y azúcar!
No podemos dejar de comer y seguir viviendo. Si lo comparamos con la nicotina, no necesitamos fumar para vivir –por lo que podríamos evitar la experiencia de fumar por completo– pero no es el caso de los alimentos. Por eso es tan difícil perder peso comiendo menos. Es más fácil hacer ejercicio, pero este enfoque es mucho menos eficaz.
CUKMI: ¿Y en qué medida comer o no comer grasas puede inducir o prevenir la depresión?
GARY: Comer alimentos ricos en grasas induce la liberación de endógenos –químicos similares a la morfina– en el cerebro, por lo que comer un helado es como una inyección de heroína. Si estabas deprimido antes de comerlo, no lo estarás después. Cuando comemos de más, almacenamos el exceso de calorías en forma de gotas de grasa en nuestras células grasas. A medida que estas células se agrandan y se llenan, fabricamos más, que luego llenamos con más gotas de grasa. Las células de grasa no están inactivas, sino que liberan sustancias químicas que al entrar en el cerebro afectan el estado de ánimo. Por eso es que las personas obesas tienden a sufrir más de depresión, y además no responden bien a los medicamentos antidepresivos en comparación con las personas delgadas. De forma esporádica, las células de grasa también liberan endógenos similares a la marihuana que inducen a comer de forma compulsiva. En consecuencia, por lo general comer alimentos grasos induce una cierta euforia aguda pero en última instancia provoca depresión.
CUKMI: Existe un estudio al menos extraño que dice que imaginarse uno mismo comiendo un alimento específico puede hacernos comer menos. ¿Cómo es posible que un pensamiento reemplace al acto?
GARY: Se llama habituación. Engañamos a nuestro cerebro para que piense que ya hemos consumido parte de los alimentos y por lo tanto tendemos a comer menos. Quien sea capaz de reproducir mejor la experiencia mental, más eficaz le resultará el método, que se nutre de una capacidad humana muy poderosa: el efecto placebo. Si creés que alguien ha encontrado una solución de la caída del cabello, ¡algunas personas realmente hacen crecer el cabello! Este no es el enfoque ideal para controlar el peso, pero es uno de los muchos enfoques que podrían ayudar.
Fuente: Cukmi.com
Entrevistado: Gary L. Wenk, profesor de Psicología, Neurociencia, Virología Molecular, Inmunología y Genética Médica en la Ohio State University, es una autoridad mundial sobre las consecuencias de la inflamación crónica del cerebro y en modelos animales de enfermedad de Alzheimer. Recibio el Vernon & Virginia Furrow Excellence in Teaching Award y el Five Star Faculty Teaching Award. La investigación del profesor Wenk se centra en la investigación de medicamentos que pueden retrasar la progresión de la enfermedad de Alzheimer y de rescate del cerebro de las consecuencias del envejecimiento normal y patológico. Elegido en 2008como Fellow en el American Assosciation for the Advancement of Science por sus destacadas contribuciones en el campo de la neurofarmacología, enfermedades neurodegenerativas y procesos neuroinflamatorios.
Autor entrevista: Marcela Mazzei
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