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lunes, 29 de agosto de 2011

El peligroso cóctel veraniego de las "nuevas" drogas

Estramonio, gas de la risa, éxtasis líquido, alcohol inhalado (Oxy shots)... El verano es la época estrella para el resurgir de drogas que nunca se fueron del todo pero que siempre estuvieron ahí, escondidas en el diverso y amplio grupo de sustancias psicoactivas minoritarias, o que ya estaban presentes en otros países. Con menos frecuencia, aparece una nueva droga de síntesis química o se emplea como droga una sustancia cuya finalidad original era muy distinta (fertilizantes, medicamentos o disolventes, entre otros). A veces, también se "inventan" nuevas vías de administración que aporten novedad a drogas ya establecidas. Si algo no ha faltado nunca en el terreno de las drogas es la imaginación.

Para algunas personas, especialmente jóvenes, las drogas convencionales (alcohol, cannabis o cocaína) que corren libres por las discotecas no son suficientes. Buscan la novedad y la curiosidad los alienta (y si la nueva droga está a buen precio, en esta época de crisis, tanto mejor). Si a lo anterior añadimos el abundante tiempo libre del que se suele disfrutar en las vacaciones de verano, el aumento de las fiestas hasta altas horas de la noche y la presencia de gente de distintos puntos del planeta se crea un caldo de cultivo propicio para la reaparición de nuevas formas de drogarse.

Los riesgos generales de las "nuevas" drogas

Aunque ninguna droga está exenta de riesgos, las drogas minoritarias que resurgen con más notoriedad cada cierto tiempo (como el estramonio, el cloruro de etilo o el éxtasis líquido), las de reciente aparición o las que se administran por nuevas vías (como el alcohol inhalado) tienen una especial peligrosidad por una serie de factores:

• Frecuentemente, el consumo de estas drogas minoritarias se combina con aquellas mayoritarias, especialmente con alcohol pero también con cannabis y cocaína. Esta combinación puede resultar explosiva ya que se pueden potenciar los efectos de las drogas administradas así como también sus efectos tóxicos. Por ejemplo, si alguien está consumiendo alcohol (que es un depresor del sistema nervioso central) y en la misma noche decide tomarse también gas de la risa o éxtasis líquido (también depresores del sistema nervioso central) existe un riesgo sustancialmente mayor de producirse un coma o la muerte.

• Al ser drogas de uso poco extendido muchos de los nuevos consumidores apenas tienen conocimientos sobre ellas: no saben cuáles son las dosis "correctas" de administración, cuál es la duración de los efectos, con qué no debe combinarse, qué riesgos entrañan... A veces, ni siquiera saben realmente lo que están tomando cuando llegan a sus manos drogas sin mucha explicación detrás y durante el frenesí de la noche. Todo ello incrementa sustancialmente la peligrosidad de estas sustancias psicoactivas.

• Además de ser ilegales, su uso minoritario implica una mayor variación en la composición y características de estas drogas según su procedencia que muchas veces es marginal y artesanal. De esta forma, es posible encontrar aditivos que pueden ser todavía más tóxicos que la droga en sí o el porcentaje de pureza de la droga puede variar mucho según el origen.

Las "nuevas" drogas de este verano

Este año ha llegado a España una "nueva" vía de administración del alcohol, la inhalatoria. La idea es que al combinar el alcohol con el oxígeno, el primero se evapora y se inhala fácilmente. Tras ello el alcohol pasa por las vías respiratorias hasta los pulmones, donde se absorbe y pasa a los vasos sanguíneos hasta llegar, finalmente, al cerebro provocando una rápida borrachera. El método no es nuevo, ya en el año 2004 se popularizó en Estados Unidos e Inglaterra con el nombre de "AWOL" (el acrónimo de "Alcohol without liquid", alcohol sin líquido) y se comentaban los posibles peligros del alcohol inhalado (en la BBC y Slate, entre otros). Estos dispositivos nebulizadores terminaron ilegalizándose en prácticamente toda Norte América.

Los que publicitan el alcohol esnifado comentan, entre sus bondades, que no aporta calorías y que no provoca resaca. Lo primero es absolutamente falso, puesto que el alcohol aunque se absorba directamente en sangre, termina degradándose y aporta calorías (exactamente 7 calorías por gramo). En cuanto a la resaca, son muchos los factores que provocan su aparición. Al inhalar el alcohol y pasar directamente a sangre se eliminarían ciertos aditivos que favorecen la resaca, sin embargo, el propio alcohol es el causante de muchos de los síntomas de la resaca tras convertirse en acetaldehído en el hígado. Así pues, con el alcohol inhalado existe también la posibilidad de resaca aunque, eso sí, posiblemente más leve que con el alcohol convencional.

El alcohol inhalado u Oxy shot ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias mallorquinas que han retirado varios de estos dispositivos inhaladores de alcohol por sus posibles riesgos para la salud. ¿Cuáles serían estos? Por un lado, al pasar el alcohol a través de las vías respiratorias se podría provocar una irritación y daño de éstas (algo especialmente peligroso en personas con enfermedades respiratorias como los asmáticos). Tras esta fase y pasar el alcohol directamente a sangre se incrementaría sustancialmente el riesgo de daño cerebral comparado con las bebidas alcohólicas convencionales al no haber pasado antes por el hígado metabolizándose.

Además de todo lo anterior, también existe un mayor peligro de coma etílico debido a la gran rapidez y magnitud con la que pasa a sangre (donde el vómito resultaría una medida del todo ineficaz para evitar una mayor absorción de alcohol pues todo éste ya se encontaría presente en sangre). En las bebidas alcohólicas convencionales la absorción del alcohol se hace de forma relativamente lenta a través del aparato digestivo. Como dato final, el alcohol inhalado podría ser potencialmente más adictivo al provocar una borrachera prácticamente instantánea y con una resaca probablemente menor lo que estimularía al sistema de recompensa cerebral, implicado en las adicciones.

La otra alerta por drogas que conocimos hace unos días fue causada por el estramonio, una planta alucinógena y muy tóxica implicada en la muerte de 2 jóvenes en una rave y cuyos distribuidores, según la policía, pensaban abrir mercado para la misma. Las autoridades han mandado retirar esta planta de numerosos parques y jardines aunque, dado que crece libre casi por doquier, la medida es de una utilidad discutible. Se une, además, el hecho de que la venta y el consumo de esta planta está en una situación alegal (no así la venta pública de hojas, semillas y preparados con esta planta que es ilegal), lo que complica futuras acciones contra este tipo de droga.

El uso del estramonio como droga no es nuevo, hay constancia de su empleo desde la Edad Media. A dosis bajas tiene un potente efecto alucinógeno de larga duración, sin embargo, a dosis altas es extremadamente tóxica, especialmente para el sistema nervioso, y mortal. Posee una diversa variedad de alcaloides como la atropina, la hiosciamina y la escopolamina. La forma más habitual de consumo del estramonio es a través de infusiones, sin embargo, esta vía es bastante peligrosa pues no existe apenas control sobre la dosis de drogas activas que se está administrando. Si a eso se une que el estramonio es tóxico con apenas decenas de gramos, es muy fácil que el consumo lleve a afectar seriamente a la salud o provoque la muerte como fue el caso de los dos jóvenes de la fiesta clandestina en Getafe.

A pesar de los evidentes riesgos de las drogas, muy probablemente, el próximo verano escucharemos las noticias sobre algún otro tipo de droga "nueva". Con suerte, las autoridades tomarán medidas antes de que alguien muera y el ciclo se repetirá una y otra vez. Desde que el primer ser humano descubrió los efectos de las drogas, éstas no se han separado del camino de la humanidad




Fuente: La doctora Shora / blog del ElPais.com
Autor: "Shora" / Esther Samper, es médica de formación y trabaja como investigadora científica en medicina regenerativa cardíaca.







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domingo, 20 de febrero de 2011

El alcoholismo, una enfermedad "muy democrática"

A diferencia del consumo de otras sustancias adictivas, beber alcohol es un hábito social y culturalmente aceptado en muchos países. Está "bien visto", como se dice comúnmente. Sin embargo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el alcoholismo causa más de dos millones y medio de muertes cada año.
Y América Latina no es una excepción en este problema de salud pública. En la región, el consumo de alcohol por cabeza supera en un 40% al promedio mundial.

El último informe elaborado por la OMS en 2007 sobre el alcoholismo en el continente americano concluyó que "el valor promedio de consumo per cápita de alcohol en las Américas es de 8,7 litros, lo cual está muy por encima de la media global de 6,2 litros".

Pero además, en la región, el alcoholismo tiene un matiz particular ya que es un problema que afecta cada vez a personas más jóvenes.




Consumidores cada vez más jóvenes

"El alcoholismo es una enfermedad muy democrática en América Latina. Hay un patrón de consumo de alcohol en la región que es diferente de otras partes del mundo. Aquí los jóvenes comienzan a consumir alcohol muy pronto y esto es un problema grave", comentó a BBC Mundo el profesor Arthur Guerra de Andrade, profesor de psiquiatría en la Universidad de Sao Paulo y presidente de la ONG Centro de Informaciones de Salud y Alcohol en la ciudad brasileña.

Pero aunque la media regional de consumo de alcohol es elevada, no todos los países latinoamericanos tienen hábitos equiparables.

"No hay una distribución uniforme. Hay una relación con la economía de los países. Por ejemplo, en Chile, la prevalencia de alcoholismo es más baja. En cambio, los países más pobres, como Bolivia y América Central, tienen más alcoholismo. Sin embargo, en esos casos quizá no existen datos tan precisos porque los estudios epidemiológicos son menores", apuntó Guerra.

En una región tan grande, la realidad del problema del alcoholismo es diversa. Sin embargo, los expertos coinciden en asegurar que los planes de prevención del consumo de bebidas alcohólicas en América Latina son insuficientes.


"Tratamiento integral"

"Las políticas de salud en América Latina son pobres. Se espera que el Estado pueda ofrecer una varita mágica para la situación, pero el problema es social. Los países deberían hacer conductas más pragmáticas en este punto. Tenemos una situación primaria y hay que comenzar por la base", sugirió Guerra.

En este sentido, a menudo, la gravedad del problema y la forma en que es percibido socialmente no coinciden.

El consumo de alcohol tiene un gran arraigo en las sociedades latinoamericanas y beber es con frecuencia un acto social.

Quizá por esta razón, cuando ese acto se convierte en una adicción y deriva en una enfermedad, el alcoholismo puede pasar desapercibido para muchos ciudadanos o ser interpretado como un problema meramente psicológico.

"Muchas persona ven el alcoholismo como un problema de personalidad, no un problema médico, sino como un problema de moral, de fuerza de voluntad. Como si la persona que bebe fuera una persona débil, sin una personalidad fuerte. Pero esto es un error", afirma Guerra.

"El alcoholismo es un problema de salud, la persona que bebe acaba teniendo un cuadro de dependencia, problemas orgánicos, psicológicos, de trabajo y con la familia. Como problema médico, necesita de un abordaje no sólo psicológico, sino también médico, apoyo de trabajadores sociales, psicoterapeutas. Es preciso un tratamiento integral", concluyó.




Fuente: BBC Mundo




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