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domingo, 5 de febrero de 2012

El 30% de muertes por cáncer son evitables con un cambio de vida

La OMS aseguró que quienes padecen la enfermedad deben adoptar comportamientos más saludables, como realizar actividad física y dejar de fumar. En 2030, 13,1 millones de personas fallecerán por un tumor
En la víspera del Día Internacional de Lucha contra el Cáncer, la Organización Mundial de la Salud aseguró que el 30% de las víctimas mortales de esa patología corresponde a muertes atribuidas al sobrepeso, el bajo consumo de frutas y verduras, la falta de actividad física y el consumo de alcohol y tabaco.

Ese último es, además, el factor de riesgo más importante y responsable del 20% de las muertes por cáncer en general y del 71% de las causadas por tumores malignos de pulmón.

Según proyecciones de la OMS, el porcentaje total de muertos por la enfermedad aumentará hasta un 45% de aquí a 2030, por lo que los fallecimientos pasarán de 7,6 millones a 13,1 millones ese año.

En la actualidad, el cáncer es una de las causas de muerte más frecuentes, ya que es responsable del 13% de los decesos en el mundo, de los que el 70% ocurre en países de ingresos medios y bajos, donde es más costoso el acceso a los tratamientos.

Los tipos de cáncer más habituales son los de pulmón, estómago, hígado, colon y mama, aunque la incidencia varía mucho entre hombres y mujeres y entre países industrializados y en desarrollo.

En el primer grupo, la primera causa de muerte es por tumores en los tejidos mamarios, mientras que en las naciones emergentes es el de cuello de útero.

El cáncer se origina en una sola célula y el proceso que hace que una lesión precancerosa se convierta en un tumor maligno es el resultado de la interacción entre los factores genéticos de una persona y una serie de agentes externos, precisó la OMS.

Esos agentes externos pueden ser cancerígenos físicos -como las radiaciones ultravioletas y ionizadas- o químicos, como asbesto, componentes del humo del tabaco, aflatoxina (contaminante de los alimentos) y arsénico (contaminante del agua).

Asimismo, hay cancerígenos biológicos, como las infecciones causadas por ciertos virus, bacterias y parásitos.

El envejecimiento es otra causa del desarrollo de cáncer, cuya incidencia aumenta significativamente con la edad debido a la acumulación de factores de riesgo y a que, a más años, los mecanismos de reparación celular del organismo funcionan peor.





Fuente: Infobae.com / AFP








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viernes, 13 de enero de 2012

El estilo de vida puede ser la causa de casi 50% de casos de cáncer

Casi la mitad de los casos de cáncer que se diagnostican cada año en Reino Unido – más de 130.000 en total – son provocados por decisiones personales relacionadas con el tabaco, el consumo de alcohol y la mala dieta, indica un informe.

El tabaco es el mayor culpable, causando el 23% de los casos en hombres y el 15,6% en las mujeres señala el estudio de Cancer Research UK.

Después le sigue una falta de frutas frescas y vegetales en las dietas de los hombres y el sobrepeso en las mujeres.

El informe aparece publicado en el British Journal of Cancer.

Sus autores aseguran que se trata del análisis más exhaustivo sobre el tema hasta la fecha, el profesor Max Parkin, principal responsable del estudio, dijo que "muchas personas creen que el cáncer se debe al destino o está 'en los genes' y que es cuestión de azar si se llega a padecer".

"Al mirar las pruebas, está claro que cerca del 40% de todos los tipos de cáncer son provocados por cosas que, en la mayoría de los casos, tenemos el poder de cambiar".


Factores de peso

Para los hombres la mejor recomendación parece ser: dejar de fumar, comer más frutas y vegetales y reducir el consumo de alcohol.

En el caso de las mujeres, el informe dice que el mejor consejo es dejar el cigarrillo, pero también evitar el sobrepeso.

"No esperábamos encontrar que comer frutas y vegetales resultase tan importante en proteger a los hombres contra el cáncer. Entre las mujeres no esperábamos que tener sobrepeso representara un factor de mayor riesgo que el alcohol", señaló el profesor Parkin.

En total 14 factores de estilo de vida y del ambiente, tales como el lugar donde uno vive y el trabajo que desempeña, se combinan para provocar 134.000 casos de cáncer en Reino Unido anualmente.

Cerca de 100.000 casos (el 34%) de cáncer están relacionados con el tabaco, la dieta, el alcohol y el sobrepeso.

Uno en 25 casos está vinculado al trabajo de una persona, como por ejemplo estar expuesto a productos químicos o asbestos.

Algunos de los factores de riesgo están bien comprobados, como el vínculo del cigarrillo con el cáncer de pulmón.

Sin embargo, otros son menos reconocidos.

Por ejemplo para el caso de cáncer de mama, cerca de una décima parte del riesgo tiene su origen en tener sobrepeso o estar obesa, superando el impacto de otros factores como amamantar o beber alcohol.

Y en cuanto al cáncer en el esófago o en la garganta, el 50% del riesgo proviene de comer muy pocas frutas y vegetales, mientras que sólo una quinta parte del riesgo se relaciona con el alcohol, indica el informe.

En el cáncer de estómago, un quinta parte del riesgo se debe al uso excesivo de sal en la dieta.

Algunos tipos de cáncer, como el de boca o el de garganta, están provocados casi en su totalidad por decisiones relacionadas con el tipo de vida que lleva la persona.

No obstante, otros como el de vesícula biliar no tienen que ver principalmente con el estilo de vida.


Abrumadora evidencia

Los investigadores basaron sus cálculos en las cifras pronosticadas para caso de 18 tipos diferentes de cáncer en 2010, utilizando índices de cifras en Reino Unidos para un período de 15 años comprendido entre 1993 y 2007.

En los hombres el 6,1% (9.600) de casos se vinculó a la falta de frutas y vegetales, 4,9% (7.800) al tipo de trabajo, 4,6% (7.300) al alcohol, 4,1% (6.500) al sobrepeso y la obesidad y 3,5% (5.500) a la excesiva exposición del sol y uso de camas solares.

En las mujeres, el 6,9% (10.800) se vinculó al sobrepeso y la obesidad, 3,7% (5.800) a infecciones como el HPV (que causa la mayoría de casos de cáncer cervical), 3,6% (5.600) a la excesiva exposición al sol y a las camas solares, 3,4% (5.300) a la falta de frutas y vegetales y 3,3% (5.100) al alcohol.

La doctora Rachel Thompson, del World Cancer Research Fund, señaló que el informe se suma a la "ahora abrumadoramente fuerte evidencia de que nuestro riesgo de padecer cáncer se ve afectado por nuestro estilo de vida".

El doctor Harpal Humar, director ejecutivo de Cancer Research UK, señaló que llevar un estilo de vida saludable no garantiza que una persona no vaya a tener cáncer, pero el estudió mostró que "podemos aumentar significativamente las probabilidades a nuestro favor".

"Si hay cosas que podemos hacer para reducir nuestro riesgo de padecer cáncer, deberíamos tratar de hacer todo lo que esté a nuestro alcance".






Fuente: BBC Mundo
Autor: Michelle Roberts / BBC Salud






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martes, 22 de marzo de 2011

Nación obesa. Por David Alandete

Afirma un estudio publicado hoy 1 que la obesidad se halla desbocada en Estados Unidos. Ya es obeso un 36,2% de los norteamericanos. En total, 111 millones de habitantes en este país sufren sobrepeso extremo, una cifra superior a la de las poblaciones de España, Francia y Portugal combinadas. Es parte de una contradicción intrínseca de un país en que convive una obsesión por el gimnasio y por el culto al cuerpo con una gran dejadez en materia nutricional. Como en muchos otros asuntos, se trata de una gran brecha demográfica creada por clase social, ingresos y raza.

La obesidad es un mal que se ha ido abriendo camino en Estados Unidos desde los años jóvenes de esta nación. Publicaba en 1899 el diario The New York Times una nota breve titulada “La obesidad mata a una persona: John Johnson de Spring Grove, Minnesota, murió anoche de obesidad. Pesaba el día de su muerte 488 libras [221 kilos]” 2. Aquello fue hace 122 años, pero puede que fuera John Johnson un adelantado a su tiempo: según el Inspector General de Sanidad de EE UU, unas 300.000 personas mueren ahora, cada año, en este país por dolencias asociadas a la obesidad, como enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer o artritis.

Uno de cada tres adultos en EE UU es obeso, considerando obesos a aquellos que tienen un índice de masa corporal de 95 o más 3. [Ese índice calcula la asociación de peso y talla. En España, donde es distinto debido a la diferencia del sistema métrico, se considera que hay obesidad con un valor superior a 30]. Según el Centro para el Control de Enfermedades 4 del gobierno federal, el 63,4% de estadounidenses pesa más de lo que debería, combinando sobrepeso y obesidad. Hay dos grupos raciales que tienen una mayor incidencia de obesidad que el resto: afroamericanos e hispanos. Durante décadas la obesidad se ha ido convirtiendo en un indicador no sólo racial sino también de clase y estatus. Hasta el punto de que en 2004 el diario ‘USA Today’ se preguntaba en un reportaje: “¿Es que sólo los ricos pueden permitirse ser delgados?” 5.

Las dietas son costosas. Esta es una nación donde una hamburguesa en una cadena de comida rápida cuesta un dólar [71 céntimos de euro] y el kilo de lechuga iceberg en un supermercado vale el triple. Las comidas bajas en valor nutricional y escandalosamente altas en calorías son baratas y ubicuas. Una simple compra semanal de verduras, frutas y productos frescos para una persona, en el supermercado, puede superar cómodamente, en ciudades como Washington o Nueva York, los 100 dólares [71 euros]. Lo dicen muchos de los extranjeros que residen aquí: en EE UU es siempre más barato comer mal y fuera, que bien y en casa.

La obesidad es también un camino hacia la quiebra de América, según diversos estudios. Un reciente informe 6 de la institución de análisis Brookings de Washington analizaba los males económicos asociados a esa dolencia: los obesos cobran menos dinero por el mismo trabajo; trabajan además menos horas y afectan a la productividad de sus empresas; disparan los costes médicos de los seguros que les cubren con sus pólizas; le cuestan más a las aerolíneas por volar al mismo precio, consumen más gasolina y dañan más al medio ambiente. En consecuencia, las empresas han buscado formas de hacer a los obesos pagar por su gordura. El ejemplo más claro es el de las aerolíneas, que han comenzado a cobrar a las personas con sobrepeso extremo dos asientos en lugar de uno.

Tal ha sido la mortificación pública de los obesos que aquí ha nacido un movimiento que se hace llamar del ‘orgullo gordo’ 7. Le ayuda la facción radical del Partido Republicano, el Tea Party, que clama contra cualquier intervencionismo del Estado en la vida privada, aunque sea por motivos de salud. Sarah Palin, de hecho, criticó duramente a Michelle Obama en diciembre por haber iniciado una campaña nacional contra la obesidad infantil 8. “En lugar de decirnos lo que tenemos que hacer en cada momento, que es lo que hace el Gobierno y algunas mujeres de políticos, el Gobierno nos tiene que dejar libres”, dijo Palin en un programa de radio, mientras alimentaba a sus niños con pasteles, chocolates y patatas fritas en su programa de telerrealidad.



Fuente: "The American way of life" / blog de El País, España
Autor: David Alandete, periodista de El País, integrante del bureau en Washington, Estados Unidos.

Referencias: 1. Adult Obesity Prevalence in Canada and the United States / Margot Shields; Margaret D. Carroll, M.S.P.H.; and Cynthia L. Ogden, Ph.D. 2. Obesity Kills a Man / New York Time 3. Debió decir 25, no 95 / Índice de masa corporal 4. CDC / Centers for Disease Control and Prevention. 5. Can only the rich afford to be thin? By Nanci Hellmich, USA Today 6. The economic impact of obesity in the United States / Ross A Hammond Ruth Levine, Economic Studies Program, Brookings Institution, Washington DC, USA. Ver también "Obesidad cuesta anualmente unos 215.000 millones a la economía estadounidense" / OjoAdventista.com 7. Fat Rights8 . Ver " La Iglesia Adventista apoya la iniciativa de Michelle Obama contra la obesidad infantil" / OjoAdventista.com

Fotografía: Robyn Beck / AFP




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martes, 14 de septiembre de 2010

Obesidad cuesta anualmente unos 215.000 millones a la economía estadounidense

La obesidad cuesta cada año a la economía estadounidense al menos 215.000 millones de dólares, entre los que se encuentran costes directos como los gastos médicos, e indirectos como los vinculados a la pérdida de productividad, según un estudio difundido este martes.

Las conclusiones del informe de 'Brookings Institution', un centro de reflexión de Washington, señalan que los costes médicos vinculados a la obesidad de los adultos exceden cada año 147.000 millones de dólares más que los adultos en buena salud. Para los niños obesos, el coste adicional es de 143.000 millones de dólares.

"Los costes médicos aumentaron notablemente en el curso de la última década y podrían continuar aumentando, posiblemente de manera importante, con la subida de la proporción de obesos entre los adultos y los niños en Estados Unidos", escriben los investigadores cuyo estudio aparece en el periódico 'Diabetes, Metabolic Syndrom and Obesity: Targets and Therapy'.

Además de estos gastos directamente vinculados, la obesidad genera costes en términos de pérdida de productividad, de absentismo, pero también relacionados con muertes prematuras de quienes lo padecen.

"Los costes totales en términos de productividad son probablemente sustanciales, alcanzando posiblemente los 66.000 millones de dólares al año en Estados Unidos", escriben Ross Hammond y Ruth Levine, de la división de los estudios económicos de 'Brookings'.

Los costes relacionados con el transporte también podrían verse afectados, por ejemplo, debido al peso de los pasajeros que utilizan líneas aéreas.

"El aumento de la masa corporal entre los estadounidenses significa más uso de carburante, y potencialmente de vehículos más grandes para transportar cada año al mismo número de personas que van al trabajo o viajan", insisten los investigadores.

"Esto induce a costes directos (en forma de un aumento del consumo de carburante) pero también a costes indirectos potenciales, en forma de emisiones suplementarias de gas y el efecto invernadero".


Ver informe: "The Economic Impact of Obesity in the United States" / The Brookings Institution




Fuente: ElMundo.es - AFP / "La obesidad le cuesta 200.000 millones de dólares a la economía de EEUU"
Fotografía: Nueva Orleans - 08 de septiembre: La primera dama de EE.UU. Michelle Obama juega en el campo como parte de la campaña de la NFL "PLAY 60" -una campaña de lucha contra la obesidad infantil- en la Escuela Primaria Brock. Obama se unió al comisionado de la NFL Roger Goodell y el ex entrenador de la NFL Tony Dungy para promover la campaña "Play 60" y apoyar también la iniciativa "Let's Move!" / Getty Images

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miércoles, 24 de junio de 2009

Tanta 'tele' engorda

Los niños pasan tres años de su etapa escolar ante pantallas de todo tipo - Llega la sociedad obesogénica: las comodidades que nos facilitan la vida se han vuelto nuestro mayor enemigo

Cuando un niño de un país desarrollado termina su escolarización ha estado sentado frente a una pantalla una media de tres años; de hecho, ésta es la actividad a la que más tiempo habrá dedicado por detrás del sueño (más que al colegio, teniendo en cuenta las vacaciones). Durante esos años, le habrán bombardeado con unos 10.000 anuncios de comida hipercalórica, con altas dosis de azúcares y grasas; todo un caldo de cultivo para el sobrepeso. No comer de forma equilibrada, no hacer ejercicio o que a sus padres también les sobren kilos son el resto de factores decisivos para que acabe siendo un obeso.

El aumento, durante los últimos años, del consumo de otros dispositivos electrónicos no se ha compensado con la bajada del tiempo frente a la televisión, de alrededor de 10 minutos en los últimos 15 años (en 1995 era de 160). Evidentemente 10 minutos es mucho menos de lo que los niños emplean para conectarse a Internet, jugar a las videoconsolas y manejar el teléfono móvil. El consumo de televisión está en dos horas y media y el saldo final para los niños y adolescentes españoles es de muchos más minutos sentado frente a una pantalla. El 40% de los menores, además, prefiere Internet a la televisión y, casi la mitad, los videojuegos a la pequeña pantalla (según un estudio de la Universidad de Navarra en 2006 con niños de varios centros escolares).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva años advirtiendo de que la obesidad es una pandemia que tendrá graves consecuencias si no se frena pero, pese a ello, vivimos en un ambiente que cada vez más fomenta el sedentarismo y la mala alimentación, promocionada especialmente desde los medios. Las pantallas y la comida basura se convierten en un círculo vicioso para los niños. Según un estudio publicado en 2006 en la revista estadounidense Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine, se asociaba cada hora de televisión con la ingesta adicional de 167 calorías. El estudio destaca la influencia de la televisión en el desequilibrio del balance energético y sus implicaciones en crecimiento del porcentaje de niños y jóvenes obesos en EE UU.

España aún no está a la altura de EE UU, pero las últimas cifras indican que nos acercamos a Reino Unido, uno de los peor parados de Europa en este sentido, con aproximadamente un tercio de sus niños con problemas de sobrepeso y obesidad. En España, el 30% de los menores de 14 años están por encima de su peso, asegura Ricardo García, jefe del servicio de endocrinología infantil del madrileño hospital La Paz, quien además afirma que, dentro de este 30%, crece la proporción de obesos frente al de niños con sobrepeso. Según la última encuesta realizada por el INE (con datos de 2006), padecía sobrepeso el 27,6% de los niños, un 11,5% más que en la anterior encuesta de 2003.

En España, la prevalencia de la obesidad ha crecido de forma exponencial en los últimos años y los médicos creen que el problema no se percibe con la gravedad que debería. Tampoco hay nada que parezca indicar un cambio de tendencia: "El problema va a peor, no hay más que mirar el estilo de vida: coche para todo, nadie usa las escaleras, los niños no van a clase andando...". Esto es lo que preocupa a Felipe Casanueva, director del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre la fisiopatología de la obesidad y nutrición (CIBERobn), organismo dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación y del Instituto de Salud Carlos III, dedicado a investigar de forma multidisciplinar todos los aspectos de la problemática.

"Un estudio de EE UU concluyó que los niños están una media de 6,5 horas al día enganchados a un aparato electrónico, es una barbaridad", explica vehemente Casanueva. El estudio ALSPAC, realizado en la Universidad de Bristol (RU) a través del seguimiento a más de 14.000 niños desde la gestación, estableció que el riesgo relativo de padecer obesidad en los niños que veían la televisión de 4,1 a 8 horas a la semana era un tercio menor que el de los que la veían más de ocho horas. "Los padres suelen premiar a sus hijos con una televisión para su habitación, un error fatal", critica el director del CIBERobn. El ambiente no facilita las alternativas a la electrónica, que los médicos creen deberían promover los padres. El 60% de las casas españolas tienen ya más de una televisión y el porcentaje de niños que tienen móvil a los 10 años ya está en torno al 70%.

La expansión de los juegos electrónicos ha coincidido con la falta de tiempo y el aumento de los alimentos precocinados y la comida rápida. Las sociedades "obesogénicas" (abundancia de comodidades, mayor acceso a alimentos energéticos y vida sedentaria) están fomentando este crecimiento. La psicóloga experta en trastornos alimentarios, Julia Vidal, también alerta de las complicaciones que muchas veces la sociedad impone a la práctica de ejercicio, "a veces parece que el único deporte asequible es el que se hace con la Wii Fit". No es desdeñable la creciente afición a este tipo de consolas donde el usuario se ejercita mientras juega. Las ventas de Wii crecieron un 58% en 2008 respecto al año anterior.

"Las comodidades producto del desarrollo de las sociedades se han convertido en nuestros enemigos", afirma Gema Frühbeck, directora de la Sociedad Europea de Endocrinología. "Ahora toca aprovechar sus ventajas para adaptarlas a un modo de vida saludable". Frühbeck acaba de copresentar un libro (junto al doctor Gareth Williams, de la Universidad de Bristol), Obesidad: ciencia para practicar, en el que hacen hincapié en la relación directa con las horas de pantallas y en general del sedentarismo. Los niños obesos pasan, según estudios europeos a los que alude Gema Frühbeck, entre seis y 10 horas al día viendo la televisión, mientras que los demás pasan entre dos y cuatro horas. Es la pescadilla que se muerde la cola. Los problemas de relaciones que puede provocar el estar gordo, se unen a que, mientras están frente a aparatos electrónicos, también comen, normalmente comida basura.

La obesidad infantil dista mucho, como se apuntaba, de estar bien identificada por la población y aún queda un largo camino a la concienciación. Aunque Ricardo García asegura que están creciendo tanto los casos de obesidad como las consultas al endocrino, opina que "deberían haber aumentado más, ya que muchas veces no se acude cuando existe sobrepeso, y una vez alcanzada la obesidad es una enfermedad crónica muy difícil de curar". El papel de los padres es, por tanto, fundamental. En la obesidad se cumple el de tal palo, tal astilla. Una de las mayores probabilidades que puede conducir a un niño es, precisamente, que sus padres lo sean (¡Mira el niño, está gordito como su padre...!). Casanueva resalta la importancia de una buena actitud: "Los progenitores desconocen la dimensión del problema y sus actitudes negativas se reflejan en los hijos", explica el investigador, que ahonda en varios de los errores más comunes: "El hecho de comer viendo la televisión es malísimo, está demostrado que se come más porque se produce una desconcentración que inhibe la sensación de saciedad". Otro ejemplo es el tipo de comida, "los padres permiten a los niños caprichos alimenticios que están provocando un estilo de alimentación alejado del tradicional de España, sin frutas, verduras o pescados y con mucha grasa".

La pésima combinación entre comida grasienta, pantallas electrónicas y escasez de deporte tiene los resultados señalados con el agravante de que son crónicos. Más del 80% de los niños o adolescentes obesos siguen siéndolo de por vida. Esto implica una tendencia en aumento hacia una sociedad obesa. El aumento es vertiginoso y Ruiz afirma que "algunos médicos apuntan que la esperanza de vida de los niños nacidos en la década de los 2000 será más baja que la de los de décadas anteriores". Estamos, pues, ante un problema de gran envergadura para la salud pública, pero también para los sistemas económicos.

El impacto de la obesidad tiene un coste sanitario muy elevado. Las estimaciones son muy complicadas por la cantidad de patologías derivadas. No obstante, el estudio Delphy (1999) estimó (para España) en el 7% del presupuesto sanitario lo dedicado a las consecuencias directas e indirectas de la obesidad. En 2002, la RAND Corporation (una institución norteamericana sin ánimo de lucro) valoró que el coste de la obesidad era mayor al derivado del tabaquismo o el alcoholismo en EE UU.

La tendencia de los expertos (a la luz de las estadísticas) es muy pesimista. Para Casanueva, pasa únicamente por una completa estrategia política en todos los ámbitos. "Los políticos tienen que percibir la gravedad del problema; en España, a diferencia de otros países, la obesidad no aparece en los programas políticos". El director del CIBERobn habla de regulaciones, como la de prohibir la venta de bebidas y alimentos hipercalóricos en los colegios e institutos, introducir información sobre nutrición y riesgos en los programas educativos u obligar a los restaurantes a publicar las calorías que llevan sus menús. "Es necesaria una mayor concienciación que sólo se consigue por esta vía", señala el especialista. "Debería haber un movimiento de las autoridades para promover ciudades sanas, ahora está claro que no es una prioridad".

Los estudios indican que las políticas pueden ser muy útiles para combatir el sobrepeso. En un reciente informe aparecido en febrero en la revista Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine sobre un conjunto de niños en Holanda y Australia, determinaba que la eliminación total de publicidad de comida basura supondría una caída en los porcentajes de obesidad infantil de en torno a un 2,5%. En las conclusiones del informe se afirma que la limitación de este tipo de anuncios contribuiría en gran medida al gran esfuerzo necesario para mejorar las dietas infantiles.

El reto es tratar de combatir la epidemia, "con unas perspectivas poco halagüeñas trataremos de dar pasos a nivel global", explica Casanueva, "como los de algunos países escandinavos, que han conseguido estabilizar la prevalencia gracias a medidas como la prohibición de vender productos hipercalóricos en los colegios, prohibir anuncios de ese tipo en horario infantil o incluir programas de educación nutricional en los colegios". Las propuestas políticas concretas, no obstante, deberán llegar tras los recursos: "De momento tenemos que conseguir que los Gobiernos se conciencien y se inviertan las cantidades necesarias", concluye.

A pesar de todo, y más tratándose de menores, no hay que dejar de lado la prudencia. Los adolescentes son un grupo muy vulnerable y es necesario acotar bien las situaciones para evitar que se pase de un extremo a otro, como la anorexia o la bulimia. "No debe transmitírseles la idea de una sociedad de gordos y flacos, donde la importancia de la imagen es excesiva", dice Gaitán. "Los padres y los educadores tienen que sentarse con los niños y enseñarles a comer. Tienen que explicarles a partir de dónde empieza el sobrepeso y prevenir que se obsesionen", afirma Ruiz.

Frühbeck habla también de la "estigmatización de la persona obesa, hay que evitar mensajes de persecución hacia los niños que padecen esta enfermedad, transmitirles apoyo, de forma gradual, no tiránica"; la presidenta de la Sociedad Europea para el Estudio de la Obesidad afirma que la única solución es la educación y las políticas de concienciación. "Los niños necesitan aprender los hábitos alimenticios en el colegio, si no no vamos a conseguir nada".- Dieta saludable. El Ministerio de Sanidad y Política Social tiene implantada la estrategia NAOS, bajo el lema ¡come sano y muévete! establece una serie de alimentos que deben ser la base de la dieta: las frutas, verduras y hortalizas, cereales, productos lácteos, pan y aceite de oliva deben consumirse a diario. También el arroz y la pasta pueden alternarse. Tanto las proteínas como las grasas y los azúcares deben comerse con moderación. Hay que aprovechar la base de la que es la dieta tradicional española, los productos mediterráneos.

- Ejercicio físico. Existen muchas posibilidades para mantenerse en forma. Caminar al colegio o subir las escaleras constituyen ya maneras de evitar caer en una vida sedentaria.

- Eliminar horas frente a las pantallas. Los diferentes estudios demuestran la correspondencia que existe entre las horas que los niños pasan con la televisión, el ordenador o las videoconsolas y su sobrepeso. Es necesario moderarlas y ofrecer alternativas para que se ocupe el tiempo de ocio.

- Equilibrio. Debe tenerse en cuenta que hay que llevar un equilibrio entre la cantidad de energía que se ingiere y lo que se quema mediante la actividad diaria.


Fuente: El País.com
Autor: Cristina Castro Carbón

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