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viernes, 13 de enero de 2012

El estilo de vida puede ser la causa de casi 50% de casos de cáncer

Casi la mitad de los casos de cáncer que se diagnostican cada año en Reino Unido – más de 130.000 en total – son provocados por decisiones personales relacionadas con el tabaco, el consumo de alcohol y la mala dieta, indica un informe.

El tabaco es el mayor culpable, causando el 23% de los casos en hombres y el 15,6% en las mujeres señala el estudio de Cancer Research UK.

Después le sigue una falta de frutas frescas y vegetales en las dietas de los hombres y el sobrepeso en las mujeres.

El informe aparece publicado en el British Journal of Cancer.

Sus autores aseguran que se trata del análisis más exhaustivo sobre el tema hasta la fecha, el profesor Max Parkin, principal responsable del estudio, dijo que "muchas personas creen que el cáncer se debe al destino o está 'en los genes' y que es cuestión de azar si se llega a padecer".

"Al mirar las pruebas, está claro que cerca del 40% de todos los tipos de cáncer son provocados por cosas que, en la mayoría de los casos, tenemos el poder de cambiar".


Factores de peso

Para los hombres la mejor recomendación parece ser: dejar de fumar, comer más frutas y vegetales y reducir el consumo de alcohol.

En el caso de las mujeres, el informe dice que el mejor consejo es dejar el cigarrillo, pero también evitar el sobrepeso.

"No esperábamos encontrar que comer frutas y vegetales resultase tan importante en proteger a los hombres contra el cáncer. Entre las mujeres no esperábamos que tener sobrepeso representara un factor de mayor riesgo que el alcohol", señaló el profesor Parkin.

En total 14 factores de estilo de vida y del ambiente, tales como el lugar donde uno vive y el trabajo que desempeña, se combinan para provocar 134.000 casos de cáncer en Reino Unido anualmente.

Cerca de 100.000 casos (el 34%) de cáncer están relacionados con el tabaco, la dieta, el alcohol y el sobrepeso.

Uno en 25 casos está vinculado al trabajo de una persona, como por ejemplo estar expuesto a productos químicos o asbestos.

Algunos de los factores de riesgo están bien comprobados, como el vínculo del cigarrillo con el cáncer de pulmón.

Sin embargo, otros son menos reconocidos.

Por ejemplo para el caso de cáncer de mama, cerca de una décima parte del riesgo tiene su origen en tener sobrepeso o estar obesa, superando el impacto de otros factores como amamantar o beber alcohol.

Y en cuanto al cáncer en el esófago o en la garganta, el 50% del riesgo proviene de comer muy pocas frutas y vegetales, mientras que sólo una quinta parte del riesgo se relaciona con el alcohol, indica el informe.

En el cáncer de estómago, un quinta parte del riesgo se debe al uso excesivo de sal en la dieta.

Algunos tipos de cáncer, como el de boca o el de garganta, están provocados casi en su totalidad por decisiones relacionadas con el tipo de vida que lleva la persona.

No obstante, otros como el de vesícula biliar no tienen que ver principalmente con el estilo de vida.


Abrumadora evidencia

Los investigadores basaron sus cálculos en las cifras pronosticadas para caso de 18 tipos diferentes de cáncer en 2010, utilizando índices de cifras en Reino Unidos para un período de 15 años comprendido entre 1993 y 2007.

En los hombres el 6,1% (9.600) de casos se vinculó a la falta de frutas y vegetales, 4,9% (7.800) al tipo de trabajo, 4,6% (7.300) al alcohol, 4,1% (6.500) al sobrepeso y la obesidad y 3,5% (5.500) a la excesiva exposición del sol y uso de camas solares.

En las mujeres, el 6,9% (10.800) se vinculó al sobrepeso y la obesidad, 3,7% (5.800) a infecciones como el HPV (que causa la mayoría de casos de cáncer cervical), 3,6% (5.600) a la excesiva exposición al sol y a las camas solares, 3,4% (5.300) a la falta de frutas y vegetales y 3,3% (5.100) al alcohol.

La doctora Rachel Thompson, del World Cancer Research Fund, señaló que el informe se suma a la "ahora abrumadoramente fuerte evidencia de que nuestro riesgo de padecer cáncer se ve afectado por nuestro estilo de vida".

El doctor Harpal Humar, director ejecutivo de Cancer Research UK, señaló que llevar un estilo de vida saludable no garantiza que una persona no vaya a tener cáncer, pero el estudió mostró que "podemos aumentar significativamente las probabilidades a nuestro favor".

"Si hay cosas que podemos hacer para reducir nuestro riesgo de padecer cáncer, deberíamos tratar de hacer todo lo que esté a nuestro alcance".






Fuente: BBC Mundo
Autor: Michelle Roberts / BBC Salud






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jueves, 10 de febrero de 2011

El desafío de la pandemia de obesidad a nivel mundial

Entre los países más ricos, Estados Unidos lidera la lista mundial de obesidad
Debido a que van en aumento los países que adoptan el modo de vida occidental, más del 10% de la población mundial es obesa, según una serie de estudios que publicó en su último número la revista médica "The Lancet".

Las investigaciones, realizadas con el objetivo de identificar factores de riesgo en las enfermedades coronarias, coinciden en que existe una "pandemia de obesidad" ya que se ha duplicado entre 1980 y 2008.

En 2008, más de 500 millones de personas en todo el mundo eran clínicamente obesas. La incidencia era mayor entre el sexo femenino, ya que había 297 millones (13,8 %) de mujeres obesas y 205 millones (9,8 %) de hombres obesos, frente a unos porcentajes respectivos del 7,9 % y 4,8 % en 1980. Esto significa que tenían un Índice de Masa Corporal (IMC) -la medida resultante de dividir el peso del individuo en kilos por su altura en metros al cuadrado- superior a 30.

La mayor tasa de obesidad se registró en las naciones de las islas del Pacífico, con niveles medios de IMC de entre 34 y 45, un 70 % por encima de algunos países del sudeste asiático y África.

Entre los países ricos, EEUU figuraba en el primer puesto de la lista de obesidad, con un Índice de Masa Corporal medio de 28, tanto para hombres como para mujeres.

Además, "The Lancet" publicó tres estudios que analizan de manera conjunta los niveles globales de obesidad, el colesterol y la presión sanguínea, intercambiando sus respectivos resultados. En contraste con el incremento de la obesidad, la siguiente conclusión destacada fue que la proporción de la población mundial que tiene problemas de hipertensión disminuyó entre 1980 y 2008.

Gracias a sus prestaciones sanitarias, los países ricos fueron los que lograron los mayores avances en el control de la hipertensión y también los que consiguieron que, en este periodo, retrocedieran los niveles medios de colesterol entre la población.

En oposición a esta buena noticia, se constató que hay países emergentes y pobres, como es el caso de las naciones del Báltico o de los países del este y el oeste del continente africano, que registran los niveles de presión sanguínea más altos del mundo, igualando los existentes en algunas partes de Europa Occidental hace treinta años.

Incluso, países que habían sido históricamente bajos en niveles de colesterol, como Japón, China y Singapur, muestran en este periodo incrementos, a causa de un cambio dietario, con la incorporación de más grasas animales.

Estos resultados "demuestran que el sobrepeso y la obesidad, la hipertensión y el colesterol alto ya no son solo problemas occidentales o problemas de las naciones ricas", explicó el profesor Majid Ezzati, de la Escuela de Salud Pública del Imperial College de Londres.

Gretchen Stevens, de la Organización Mundial de la Salud, dijo que "tenemos que identificar, aplicar y evaluar de manera rigurosa las intervenciones que tienen como objetivo revertir estas tendencias o limitar sus efectos perjudiciales". De todas formas, comentó que ya es conocido que los cambios en la dieta y en la actividad física son los causantes del aumento mundial de la obesidad, pero señaló que "sigue sin estar claro cuáles serían las políticas que ayudarían a reducir con mayor eficacia la obesidad".

El doctor Mike Knapton, de la British Heart Foundation señaló que la obesidad "es una tendencia preocupante, pero que puede ser revertida con políticas eficaces y con cambios en el estilo de vida, con la ayuda de importantes avances en la medicina", a lo que añadió que la mejora en los niveles de colesterol y de hipertensión en los países desarrollados son la prueba de que hay solución.



Fuente: Observa.com.uy / La obesidad, un desafío mundial

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lunes, 9 de agosto de 2010

La dieta del cerebro: la alimentación influye en el estado de ánimo

El azúcar nos sirve para controlar los impulsos | Numerosos estudios aconsejan aumentar el consumo de omega-3

Los efectos de la comida sobre nuestras reacciones y emociones han sido ignorados durante mucho tiempo. Sin embargo, científicos de todo el mundo se proponen ahora demostrar que hay una correlación directa entre la dieta y nuestro estado de ánimo.

La relación de las personas con la comida es uno de los elementos que contribuyen a la diversidad cultural del ser humano, a la riqueza gastronómica repleta de sabores, de aromas, de texturas y de matices. La interacción que cada uno tenemos con los alimentos es peculiar y específica, es un regalo para los sentidos, un placer individual que adquiere una dimensión especial cuando se puede compartir alrededor de una buena mesa.

Por desgracia, los alimentos, no sólo aportan los nutrientes necesarios para vivir, sino que también pueden desencadenar o empeorar enfermedades, desde la gota por el consumo excesivo de carne o de marisco, hasta crisis de migraña después de un atracón de chocolate o quesos, pasando por los problemas circulatorios derivados de un consumo elevado de sal o de ingerir cantidades importantes de grasas saturadas. También sabemos que, en ocasiones, el cerebro modifica la relación de las personas con los alimentos, lo que conduce a excesos como la bulimia por falta de control en lo que se ingiere o, en el otro extremo, la anorexia; así, pues, algunas disfunciones cerebrales modifican la forma de comer. Pero ¿es cierta la relación inversa? Los alimentos ¿pueden afectar a la conducta?

Jean Jacques Rousseau afirmaba que "es un hecho que las personas que comen mucha carne son por regla general más crueles y feroces". "Qui menja sopes, se les pensa totes", dice un refrán catalán, refiriéndose a los supuestos efectos beneficiosos de la sopa para ser avispado; "Barriga llena no estudia de buena gana", comentan otros. Néstor Luján, en su Diccionario Luján de gastronomía catalana (La Campana, Barcelona, 1990) recoge la opinión de los médicos medievales sobre las lentejas: provocan epilepsia y locura, y esta creencia ha perdurado a lo largo de los siglos en algunos lugares. El refranero recoge desde antaño los efectos de la alimentación sobre el humor; sin embargo, los científicos han sostenido que era absurdo pensar en una relación entre la dieta y el funcionamiento del cerebro. ¿Sigue siendo así?


Nutrición y salud mental

Isla Mauricio se encuentra en el océano Índico, sobre el trópico de Capricornio, y fue puerto de marineros árabes, portugueses, holandeses, franceses e ingleses, que colonizaron sucesivamente sus escasos 2.000 km2 de superficie. Isla Mauricio es conocida mundialmente por ser el único hábitat natural del extinto pájaro dodo, pero en el ámbito de la salud pública también ostenta la unicidad por ser el lugar donde se está siguiendo una cohorte de 1.795 niños nacidos allí en 1969. Peter Venables y Adrian Raines son los investigadores principales del Mauritius Child Health Project, que estudia los factores asociados a alteraciones mentales, mediante el seguimiento exhaustivo de un grupo muy amplio de niños desde su nacimiento, con la finalidad de poder prevenirlos. Uno de los resultados centrales de este estudio es la identificación de la malnutrición en la infancia como factor de riesgo de algunas alteraciones futuras. La serie de Isla Mauricio ha permitido observar que una dieta mejor reduce la aparición de alteraciones de la conducta en un 53% y la hiperactividad en un 41%.

Numerosos artículos describen asociaciones entre diversos componentes de la dieta –incluyendo micronutrientes como el zinc o derivados de la vitamina B– y alteraciones cognitivas o disfunciones cerebrales. En la actualidad se está tratando de estudiar cuáles de estas asociaciones son puramente casuales y cuáles podrían tener un fundamento causal.

Una de las áreas en las que se ha avanzado más es la posible relación entre la degeneración neuronal, el envejecimiento y los estados depresivos. El auge de este tipo de investigaciones se debe a la idea de que, hacia el año 2050, cerca de un 30% de la población mundial tendrá más de 65 años, y las alteraciones degenerativas serán un problema mucho más importante que en la actualidad. En esta línea, James Joseph, científico del Centro de Investigación sobre Nutrición Humana en el Envejecimiento de la Universidad Tufts en Boston, acaba de publicar una revisión de los estudios existentes sobre la relación entre la degeneración neuronal, el cerebro y la nutrición. Concluye que es importante ingerir regularmente sustancias con efecto antioxidante (como los polifenoles) porque a medida que avanza la edad, nuestro cerebro se vuelve más sensible al estrés oxidativo, de modo que parece recomendable seguir una dieta rica en ácidos grasos poliinsaturados como los que contienen el pescado o los frutos secos. Además, la mayoría de los autores coinciden en recomendar una restricción del aporte diario de calorías para mantener las funciones cerebrales cognitivas en un estado óptimo.


Atentos a los omega-3

El denominado trastorno por déficit de atención/hiperactividad es una entidad controvertida que se describió por primera vez en 1902 bajo el nombre de "disfunción cerebral mínima", a causa de la levedad de los síntomas y la incertidumbre del diagnóstico. Un siglo más tarde el panorama ha cambiado mucho gracias, sobre todo, a dos circunstancias: el hecho de que ese nombre –abreviado a menudo como TDAH– aparece como un diagnóstico en el conocido diccionario de enfermedades DSM desde la versión III de 1980, y también al hecho de que se han comercializado medicamentos costosos específicos para este trastorno.

En la búsqueda de las causas que podrían explicar la dificultad para la concentración, varios autores han investigado factores nutritivos. En este sentido, el psiquiatra Javier Quintero, del Hospital Infanta Leonor de Madrid, y su equipo han analizado el posible efecto de la dieta actual –deficiente en ácidos grasos omega-3 comparada con la dieta previa a la industrialización– sobre el crecimiento, el desarrollo del tejido cerebral o conductas concretas (como rabietas, cambios de humor o alteraciones del sueño). Según estos autores, los estudios actuales apuntan a esa relación, aunque todavía no son concluyentes. En otras palabras, como suscribe la doctora Natalie Sinn, del Centro de Investigación en Fisiología de la Dieta en la Universidad de South Australia, no se trata de empezar a dar suplementos de ácidos grasos omega-3 a los niños inquietos, sino procurar que la dieta cotidiana contenga más ácidos grasos omega-3 de los que ingerimos, algo que sin duda será beneficioso para todos, los niños movidos, a quienes les cuesta mantener la concentración, y también todos los demás.


Glucosa y autocontrol

En Espalda y emociones, el osteópata David Ponce describe las consecuencias de la acumulación de sustancias excitantes que ingerimos a lo largo del día a partir de lo que gráficamente llama "efecto Sue Ellen", en referencia a la protagonista de la serie televisiva Dallas –que siempre tomaba una copa para relajarse antes de irse a dormir–. Tras un día de trabajo intenso y largo, cierta cantidad de alcohol al terminar una cena más o menos copiosa produce un efecto relajante que, a la madrugada siguiente, tiene que revertirse con una buena dosis de café (a menudo potenciada con la nicotina de algún cigarrillo) y el azúcar (en el mismo café, en la bollería que comemos para desayunar, o con la bebida de cola que tomamos a cualquier hora). Para contrarrestar este estado de excitación continuada y poder conciliar el sueño, habrá que ingerir alcohol de nuevo la noche siguiente, y así sucesivamente. Cafeína, nicotina, azúcar y alcohol, cuatro elementos que, cuando dejan de tomarse únicamente para saborearlos, se convierten en malos compañeros.

Especial atención merece la glucosa, un compuesto indispensable para numerosas funciones vitales y que es casi la única fuente de energía del cerebro, adonde llega a través del flujo sanguíneo. El cerebro requiere glucosa para poder llevar a cabo de manera eficiente sus múltiples tareas, desde recibir y procesar la información de los sentidos hasta funciones superiores como pensar, recordar o planificar, pasando por el complejo mantenimiento de la homeostasia de todo el cuerpo. Lo curioso es que hay una tarea que requiere un aporte especial de glucosa: el autocontrol.

Matthew Gaillot y Roy Baumeister, dos psicólogos de la Universidad estatal de Florida, han realizado un exhaustivo estudio de la conducta en centenares de personas que les ha permitido concluir que unos niveles de glucosa adecuados y constantes son fundamentales para poder ejercer el autocontrol –la capacidad de frenar los impulsos y las respuestas automáticas de una manera consciente, algo que resulta esencial para el buen funcionamiento tanto individual como social, para facilitar la cooperación y la armonía entre los grupos humanos–. Esto podría explicar algunas de las conductas que se observan tras reuniones largas en las que la hipoglucemia hace mella en los participantes y aumenta la probabilidad de que aparezcan respuestas fuera de tono o discusiones cuyo origen es a menudo el cansancio mental.

Sin embargo, hay que aclarar de inmediato que glucosa no significa necesariamente hidratos de carbono refinados; debemos recordar que el organismo es capaz de obtener glucosa de otras fuentes, como las proteínas o la fruta.

¿Vamos hacia una neurogastronomía? Por el momento, quizás no se trate tanto de que los chefs tengan una formación en neurociencias ni de que haya restaurantes con menús para moldear el estado de ánimo, sino de ser conscientes del valor de una dieta equilibrada sobre la silueta o la salud cardiovascular, pero también sobre las emociones y el estado de ánimo. Y, mientras tanto, no olvidar que los intestinos y el humor pueden jugar malas pasadas cuando, en lugar de sentarnos a la mesa como se merece una buena comida, lo hacemos como una rutina, de prisa y corriendo, pensando sólo en el trabajo y enfrascados en la ansiedad o en eso que llamamos estrés cotidiano.


¿Y el segundo cerebro?

Michael Gershon es catedrático del Departamento de Anatomía y Biología Celular en la Universidad de Columbia. En su libro "The second brain" aclara: "Éste no sirve para resolver problemas filosóficos ni para escribir bellos poemas; tales actividades están reservadas para el cerebro de la cabeza"; ahora bien, recuerda que hay otra parte del cuerpo humano dotada de una complejísima red de tejido nervioso que, además, contiene gran cantidad de neurotransmisores, como los que también se encuentran en el otro cerebro (por ejemplo, la serotonina). Es el sistemanervioso entérico, que acompaña al tubo digestivo desde el esófago hasta los intestinos, pasando por el estómago.

Hasta hace poco se creía que el sistema nervioso entérico únicamente tenía fines digestivos y de absorción de los nutrientes. Sin embargo, hoy sabemos que el "segundo cerebro" está en estrecha relación con el primero, y contribuye a determinar nuestro estado mental e incluso puede desencadenar síntomas específicos. Eso explicaría el cosquilleo en el estómago que percibimos en situaciones de ansiedad o que algunas personas traduzcan dicha ansiedad en problemas como estreñimiento o diarrea. Varios estudios apuntan al hecho de que parte de nuestras emociones están vehiculizadas por el tejido nervioso entérico. Curiosamente, de nuevo, varias expresiones populares hacen referencia a esta relación desde antaño.




Fuente: LaVanguardia.es
Autor: Albert Figueras. Medico

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lunes, 19 de octubre de 2009

Cáncer de mama / Día Internacional contra el Cáncer de Mama

El cáncer de mama es considerado hoy el tumor maligno más frecuente en las mujeres de todo el mundo y principal causa de muerte entre los 45 y 55 años de edad. Anualmente se diagnostican más de un millón de casos en el mundo, muchos de ellos en etapas avanzadas con una alta tasa de mortalidad. Sin embargo, si se descubre a tiempo, la dolencia puede ser tratada con éxito.

Una variedad de métodos que van desde el simple examen hasta estudios de avanzada tecnología permiten la detección precoz de una lesión. Por su parte, el uso de terapias adyuvantes a la cirugía: hormonoterapia, quimioterapia y anticuerpos monoclonales elevó la sobrevida de pacientes afectadas. De ahí que especialistas aconsejan a las mujeres, en particular las mayores de 40 años y con factores de riesgo asociado, consultar al médico periódicamente para detectar a tiempo cualquier anomalía.


Historia


El cáncer de mama es uno de los cánceres tumorales que se conoce desde antiguas épocas. La descripción más antigua del cáncer (aunque sin utilizar el término «cáncer») proviene de Egipto, del 1600 a. C. aproximadamente. El papiro Edwin Smith describe 8 casos de tumores o ulceras del cáncer que fueron tratados con cauterización, con una herramienta llamada "la orquilla de fuego". El escrito dice sobre la enfermedad: «No existe tratamiento». A lo mínimo un caso descrito es de un hombre. Por siglos los médicos han descrito casos similares, todos teniendo una triste conclusión. No fue sino hasta que la ciencia médica logró mayor entendimiento del sistema circulatorio en el siglo XVII que se lograron felices avances. En este siglo se pudo determinar la relación entre el cáncer de mama y los nódulos linfáticos axilares. El cirujano francés Jean Louis Petit (1674-1750) y posteriormente el cirujano Benjamín Bell (1749-1806) fueron los primeros en remover los nódulos linfáticos, el tejido mamario y los músculos pectorales (mastectomía radical). Su senda de comprensión y avance fue seguida por William Stewart Halsted que inventó la operación conocida como "mastectomia radical de Halsted", procedimiento que ha sido popular hasta los últimos años de los años setenta.

Tipos de Cáncer

Existen dos tipos principales de cáncer de mama: El carcinoma ductal que comienza en los conductos que llevan leche desde la mama hasta al pezón. La mayoría de los cánceres de mama son de este tipo. El carcinoma lobulillar comienza en partes de las mamas, llamadas lobulillos, que producen leche.

En raras ocasiones, el cáncer de mama puede comenzar en otras áreas de la mama. Muchos cánceres de mama son sensibles a las hormonas estrógenos, lo cual significa que el estrógeno hace que el tumor canceroso mamario crezca. Este tipo de cáncer se denomina cáncer positivo para receptores de estrógenos o cáncer positivo para RE. Algunas mujeres tienen lo que se conoce como cáncer de mama positivo para HER2. HER2 se refiere a un gen que ayuda a que las células crezcan, se dividan y se reparen ellas mismas. Cuando las células tienen demasiadas copias de este gen, las células (incluyendo las cancerosas) se multiplican más rápidamente. Los expertos piensan que las mujeres con cáncer de mama positivo para HER2 tienen una enfermedad más agresiva y un riesgo mayor de recurrencia que aquellas que no tienen este tipo de cáncer.

Factores de Riesgo No Modificables

Edad y género: el riesgo de desarrollar cáncer de mama aumenta a medida que uno envejece. La mayoría de los casos de cáncer de mama avanzado se encuentra en mujeres de más de 50 años. Las mujeres tienen 100 veces más probabilidades de desarrollar cáncer de mama que los hombres.
Antecedentes familiares de cáncer de mama: uno también tiene un riesgo más alto de padecer cáncer de mama si tiene un familiar cercano que haya padecido este tipo de cáncer, al igual que cáncer uterino, cáncer ovárico o cáncer de colon. Alrededor del 20 al 30% de las mujeres con cáncer de mama tienen antecedentes familiares de la enfermedad.
Genes: algunas personas tienen genes que los hacen más propensos a desarrollar cáncer de mama. Los defectos en genes más comunes se encuentran en los genes BRCA1 y BRCA2. Estos genes normalmente producen proteínas que lo protegen a uno del cáncer. Pero, si uno de los padres le transmite a uno un gen defectuoso, uno tiene un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama. Las mujeres con uno de estos defectos tienen hasta un 80% de probabilidades de padecer cáncer de mama en algún momento durante su vida.
Ciclo menstrual: las mujeres que inician tempranamente sus períodos menstruales (antes de los 12 años) o llegan a la menopausia tarde (después de los 55) tienen un riesgo mayor de cáncer de mama.

Otros factores de riesgo

Consumo de alcohol: el consumo de más de 1 ó 2 vasos de alcohol al día puede incrementar el riesgo de cáncer de mama.
Parto: las mujeres que nunca han tenido hijos o que los tuvieron sólo después de los 30 años tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama. Quedar en embarazo más de una vez o a temprana edad reduce el riesgo de padecer este tipo de cáncer.
DES: las mujeres que tomaron dietilestilbestrol (DES) para evitar abortos pueden tener un mayor riesgo de sufrir cáncer de mama después de los 40 años. Esta droga se le suministraba a las mujeres entre los años 1940 y 1960.
Hormonoterapia: uno tiene mayor riesgo de cáncer de mama si ha recibido hormonoterapia durante algunos años o más. Muchas mujeres toman este tipo de terapia para reducir los síntomas de la menopausia.
Obesidad: la obesidad ha estado asociada con el cáncer de mama, aunque este vínculo es controversial. La teoría es que las mujeres obesas producen más estrógeno, el cual puede estimular el desarrollo de este cáncer.
Radiación: si uno recibió radioterapia cuando era niño o adulto joven para tratar un cáncer del área del tórax, existe un riesgo significativamente mayor de padecer cáncer de mama. Cuanto más joven haya sido al iniciar la radiación, mayor será el riesgo, especialmente si la radioterapia se administró cuando a la mujer se le estaban desarrollando las mamas.
Los implantes mamarios, el uso de antitranspirantes y el uso de sostenes con varillas no aumentan el riesgo de cáncer de mama. Tampoco existe evidencia de un vínculo directo entre el cáncer de mama y los pesticidas.

Síntomas

El cáncer de mama precoz generalmente no causa síntomas; razón por la cual los exámenes regulares de las mamas son importantes. A medida que el cáncer crece, los síntomas pueden incluir:

Tumores mamarios o tumoraciones en las axilas que son duras, tienen bordes irregulares y generalmente no duelen. Cambio en el tamaño, forma o textura de las mamas o el pezón. Por ejemplo, se puede presentar enrojecimiento, agujeros o fruncimiento que luce como cáscara de naranja. Secreción de líquido proveniente del pezón, que puede ser sanguinolento, de claro a amarillento o verdoso, y lucir como pus. Los hombres también pueden desarrollar cáncer de mama y los síntomas abarcan tumoración mamaria, así como dolor y sensibilidad en las mamas.

Los síntomas del cáncer de mama avanzado pueden abarcar:
- Dolor óseo
- Dolor o molestia en las mamas
- Úlceras cutáneas
- Hinchazón de un brazo (próximo a la mama con cáncer)
- Pérdida de peso

Factores epidemiológicos de riesgo y etimología

Hoy en día, el cáncer de mama, como otras formas de cáncer, es considerado el resultado de daño ocasionado al ADN. Este daño proviene de muchos factores conocidos o hipotéticos (tales como la exposición a radiación ionizante). Algunos factores llevan a un incrementado rango de mutación (exposición a estrógenos) reparo disminuido (los genes BRCA1, BRCA2, y p53). A pesar de que muchos riesgos epidemiológicos y cofactores biológicos y promotores han sido identificados, la causa primaria aún es desconocida.

Las influencias dietarias han sido propuestas y examinadas, pero éstas no indican aumento o disminución de riesgo.

Los humanos no son los únicos mamíferos capaces de desarrollar cáncer de mama. Algunos tipos de ratones, principalmente el ratón doméstico Mus domésticus son susceptibles de desarrollar cáncer de mama que se sospecha es causado por el virus del cáncer de mama en el ratón (MMTV) por mutagénesis insercional aleatoria. La sospecha de la existencia de origen viral del cáncer de mama es controversial, y la idea no es mayormente aceptada por la falta de evidencia definitiva o directa. Hay mucha mayor investigación en el diagnóstico y tratamiento del cáncer que en su causa de origen.

Edad

El riesgo de contraer cáncer de mama se incrementa con la edad. Para una mujer que vive más allá de los 90 años la probabilidad de tener cáncer de mama durante toda su vida es de 12,5% o 1 en 8. Los hombres también pueden desarrollar cáncer de mama, pero su riesgo es menor de 1 en 1000. El riesgo es modificado por muchos factores diferentes. En una porción muy pequeña de cáncer de mama (5%) hay un gran factor de herencia familiar.

La probabilidad de adquirir cáncer de mama aumenta con la edad, pero el cáncer de mama tiende a ser más agresivo cuando ocurre en mujeres jóvenes. Un tipo de cáncer de mama que ocurre y es especialmente agresivo y desproporcional en las mujeres jóvenes es el cáncer de mama inflamatorio. Inicialmente es puesto en el estadio III o estadio IV. También es característico porque normalmente no se presenta con masa por lo tanto no es detectado con mamografía o ecografía. Se presenta con los signos y síntomas de Mastitis.

Genes

Dos genes, el BRCA1 y el BRCA2, han sido relacionados con una forma familiar rara de cáncer de mama. Las mujeres cuyas familias poseen mutaciones en estos genes tienen un riesgo mayor de desarrollar cáncer de mama. No todas las personas que heredan mutaciones en estos genes desarrollarán cáncer de mama. Conjuntamente con el síndrome Li-Fraumeni (mutación del p53), estas aberraciones genéticas determinarían aproximadamente el 5% de todos los casos de cáncer de mama, sugiriendo que el resto es esporádico. Recientemente se ha encontrado que un gen llamado BARD1, cuando está combinado con el gen BRCA2 incrementa el riesgo de cáncer hasta en un 80%.

Hormonas

Se ha descrito los contraceptivos orales combinados estrógeno-progesterona como carcinogénicos en humanos. También se ha encontrado aumento en el riesgo de adquirir cáncer de mama en mujeres en tratamiento combinado en la terapia de la menopausia.

Otros

Otros riesgos son: no tener hijos, tener hijos con más de 30 años, no darles de amamantar, menarquía temprana, menopausia tardía, obesidad, y la terapia de reemplazo hormonal.

Sin embargo, aunque existe el riesgo de perder la capacidad de tener hijos (debido fundamentalmente a que la quimio y radioterapia pueden destruir los tejidos reproductores), existen en la actualidad diferentes medios de preservación de fertilidad (ver el artículo sobre fertilidad), que están disponibles en los centros sanitarios para prevenir este problema.

Carcinogénesis hormonal. Básicamente hace referencia a los cambios en el medio hormonal de una persona, resultado de la producción excesiva de hormonas endógenas o de la administración de hormonas exógenas. Hay cuatro tipos principales de cáncer (prostático, cerebral, mamario y endometrial), aunque las hormonas no interactúan de modo directo con el ADN, ni ejercen ningún efecto sobre él; más bien promueven el proceso de la carcinogénesis sensibilizando una célula al ataque carcinogénico o modificando el crecimiento de un tumor ya establecido.

El usar frecuentemente desodorantes antitranspirantes (contienen aluminio) puede estar relacionado con el padecer cáncer de mama (la piel es permeable al aluminio).*


Diagnóstico del cáncer de mama



El diagnóstico de certeza del cáncer de mama requiere el examen microscópico de una muestra del tejido mamario sospechoso (biopsia). La biopsia, sin embargo, es tan sólo el último escalón en una cadena de procedimientos cuyo objetivo en separar los estudios mamarios en dos grupos principales: los que presentan algún grado de sospecha de cáncer y los que no.

La anamnesis (interrogatorio) seguida del examen físico o exploración física de la mama es el primer paso que se da para identificar si hay indicios de enfermedad.

Dentro del interrogatorio es de suma importancia investigar si la paciente tiene familiares directos que han tenido cáncer de mama (madre, hermana), si ha tenido tumores benignos en mama, si su menstruación fue de inicio temprano (12 años o menos) y su menopausia tardía (mayor de 50 años), si ha tomado anticonceptivos, si fuma; ya que todos estos se han identificado de cierta forma como factor de riesgo del cáncer de mama. Después de eso, se debe averiguar si la paciente ha tenido dolor mamario (mastalgia) o ha presentado alguna tumoración.

Posteriormente sigue la exploración física que la paciente la debe autorealizar cada mes. Un médico con experiencia también deberá explorarla al menos cada 6 meses. Se deben buscar tumoraciones, deformidades en piel, en pezones o bien tumoraciones por arriba o abajo de la clavícula o en axila.

A continuación, si ha sido posible obtener algún dato que lo justifique, debe recurrirse a algunas de las siguientes técnicas de diagnóstico por la imagen:

- Mamografía
- Ecografía mamaria
- Resonancia magnética o Imagen de Resonancia Magnética (I.R.M.) o resonancia.
- Tomografía por emisión de positrones, (T.E.P. o P.E.T.)

De estos procedimientos el más importante, el más específico y el más usado es la mamografía, una radiografía obtenida en un aparato de rayos X que ha sido diseñado especialmente para estudiar las mamas. Otras técnicas, como la galactografía, la neumoquistografía y la neumooncografía, representan variantes de la mamografía en las que se asocian técnicas invasivas para precisar el estudio de determinadas alteraciones.

La ecografía mamaria es un método auxiliar, muy útil en numerosas ocasiones, que en algunas circunstancias puede llegar a ser la principal técnica diagnóstica por la imagen. La principal utilidad consiste en la distinción de la naturaleza sólida o quística de lesiones nodulares identificadas en la mamografía. También es de utilidad en el estudio de mama con un componente glandular importante que condiciona una elevada densidad de la imagen mamogràfica, dificultando la discriminación de posibles lesiones. Permite una medición muy precisa del tamaño de los nódulos mamarios y es de gran utilidad para guiar punciones para obtener material celular o tisular para examen citológico o biópsico que permitan el estudio y diagnóstico histo-patológico.

La resonancia magnética y la T.E.P. (o P.E.T.) tienen importancia en casos concretos y su empleo, en la actualidad, no es rutinario. Sin embargo, las indicaciones de su empleo van ampliándose cada vez más. Las principales indicaciones de la resonancia son el seguimiento de cambios cicatrizales mamarios intensos post quirúrgicos, el estudio de multicecentricidad del cáncer mamario, la valoración de la extensión local para apoyar o contraindicar el tratamiento conservador y el estudio de complicaciones de prótesis mamarias.

Cuando se obtiene una mamografía, el radiólogo examina cuidadosamente las imágenes obtenidas buscando ciertos signos radiológicos que son conocidos como indicadores probables de patología. La imágenes pueden visualizarse de manera analógica, utilizando como soporte una película radiográfica especial para mamografía; o bien de manera digital, utilizando sistemas informáticos.**

Gráficos interactivos de El Mundo.es

- Diagnostico y tratamiento
- Autoexploración de la mama
- El ganglio centinela
- Radioterapia rápida para el cáncer de mama

Gráficos interactivos de TodoCancer.com

- Que es el cáncer de mama

Gráficos interactivos de Saludalia.com

- Autoexploración mamaria


Fuente*: Wikipedia.com
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